Maduro XV
Miguel
Peña G.
@miuepeg
No hay forma sutil
de iniciar el artículo de esta semana, así que estimado lector, usted amaneció
de golpe; en Dictadura. No es una frase hecha, más bien, es la confirmación
literal y directa de que no debemos seguir con la pensadera, los analices
fatuos o inventarse justificaciones para no hacer nada. Esta situación en la
que entró -y sin retroceso- la sociedad venezolana, gracias a las últimas dos
sentencias del “tsj” (en minúsculas), es muy grave.
Es imposible –por
más que se quiera- concretar un análisis certero de los escenarios que han
generado -nacional e internacionalmente- las sentencias 155 y 156 de la “Sala
Constitucional” del “tsj”, pues los acontecimientos políticos y sociales van
cambiando, no en horas o minutos, sino cada vez que respiramos. No obstante,
hay que tomar como punto de partida, el hecho de que los dos dictámenes destrozan
sin remordimientos, uno de los preceptos fundamentales de cualquier democracia
del mundo; la separación de poderes.
Desde la llegada
de Maduro al poder, el chavismo se ha venido quitando de apoco la careta
democrática, algo que el sembrado Hugo Chávez supo disimular muy bien. Sin
embargo, al estar el heredero desprovisto de las “cualidades” bufas, el dinero,
el control político -más que liderazgo- de sus filas y, sobre todo, la pérdida
del apoyo popular, el cacareado gobierno revolucionario, socialista y
bolivariano se transformó en una vulgar, ruin y despiadada dictadura.
Si bien, el bufete
privado de Miraflores, ha dictado más de medio centenar de sentencias en contra
de la AN, es el último fallo (156) el que ha desnudado sin ningún pudor, la
férrea dictadura que nos agobia. A ver, miremos a vuelo de pájaro lo que dijo
la Sala Constitucional: “Finalmente, se advierte que mientras persista la
situación de desacato y de invalidez de las actuaciones de la Asamblea
Nacional, esta Sala Constitucional garantizará que las competencias
parlamentarias sean ejercidas directamente por esta Sala o por el órgano que
ella disponga, para velar por el Estado de Derecho”.
En pocas palabras,
esto significa que la Sala Constitucional, directamente o a través del órgano
que a ella le dé la gana, podrá ejercer cualquiera de las competencias que la
Constitución asigna a la Asamblea Nacional.
Simplemente, esto
permitiría a dicha Sala ejercer, directa o indirectamente, la función de
control que la Constitución le asigna a la Asamblea, así como la función
legislativa. Es decir, que la Sala Constitucional, directa o indirectamente,
podría dictar Leyes.
El hecho de que el
“tsj” se adjudique atribuciones y competencias legislativas, ha despertado los
demonios y las miserias de los autogolpes y dictaduras vividos en
Latinoamérica. La condena ha sido brutal en todo el mundo. Países del Continente
y Europa, ha manifestado su más profundo rechazo y preocupación por la
disolución de la AN. En las últimas horas, la desbandada de embajadores
regresando a sus países de origen desde Venezuela, ha sido notable. Perú,
Colombia, Chile, Costa Rica, Argentina, Paraguay, Brasil, entro otros, que
están a la espera de lo que ocurra el sábado 1 de abril en la reunión
extraordinaria de Mercosur y claro, en el Consejo Permanente de la OEA,
convocado de manera urgente, por el venezolano putativo en el que se ha convertido
su secretario, Luis Almagro.
El ámbito
internacional se mueve y duro, pero en honor a la verdad, no será el salvador
de la patria. La internacionalista Giovanna De Michele, sostiene que la OEA,
puede condenar y aplicar sanciones a través de la Carta Democrática
Interamericana, pero no puede obligar a Maduro a que haga elecciones; de ningún
tipo. Sin embargo, a pesar de la afirmación correcta de la Internacionalista, cuando las decisiones y soluciones pasan por lo político,
cualquier cosa puede pasar.
Si ya el ambiente
estaba enrarecido, tenso y confuso, irrumpe de la nada y sin previo aviso, la
inefable Fiscal General de la República, con una declaratoria que, seguramente,
dejó a muchos paralizados. Luisa Ortega, en la presentación del Informe anual
2016, indicó que era un deber “histórico e ineludible” referirse a las
sentencias Nro. 155 y 156 de la Sala Constitucional. "…Considero un deber
histórico e ineludible, no solo en mi condición de Fiscal General de la
República, si no como ciudadana de este país, referirme a las recientes
decisiones signadas con los números 155 y 156 de la Sala Constitucional del
TSJ, en dichas sentencias se evidencian varias violaciones del orden
constitucional y desconocimiento del modelo de Estado consagrado en nuestra
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, lo que constituye una
ruptura del orden constitucional. Es mi
obligación manifestar ante el país mi alta preocupación por tal evento…”
Millones de
teorías se han tejido entorno a esta histórica declaración de la FGR. Todas
tienen cabida, pues ahora no pondremos en el altar de la justicia a Ortega
Díaz. Sin embargo, es necesario hacer un análisis mucho más concienzudo que
visceral, ya que el momento lo amerita.
Recordemos que,
desde diciembre de 2015, cuando la oposición obtuvo la mayoría en el
parlamento, la Fiscal ha venido marcando distancia –de manera timorata- de
Miraflores y porque no del PSUV. Hizo la presentación de la memoria y cuenta
ante la AN en 2016, sin ningún tipo de asco, por así decirlo, más bien, se pudo
ver a Ortega cómoda institucionalmente. Igualmente, a mediados del 2016 soltó
perlas como esta: El “tsj” no puede disolver a la AN”. “Los índices de la
delincuencia han crecido, gracias a la aplicación de las OLP”. Todo el mundo acompaña al funeral y llora al
muerto, pero no se mete en el hueco. Solo hay que esperar el siguiente paso que
debería dar la Fiscal.
El Abogado José
Ignacio Hernández G, afirma: “Más allá de su impacto político –que no me
corresponde a mi evaluar– hay varios impactos jurídicos. La Fiscalía ejerce, de
acuerdo con el numeral 3 del Artículo 285 constitucional, la competencia de
“ordenar y dirigir la investigación penal de la perpetración de los hechos punibles”.
La ruptura del orden constitucional, o lo que es igual, el golpe de Estado,
compromete la responsabilidad penal de quienes llevaron a esa situación, todo
lo cual justifica el inicio de una investigación por parte de la Fiscalía, pues
ella ejerce la acción penal, de conformidad con el numeral 4 del citado
Artículo 285”. Veremos que ocurre.
En cuanto a la MUD
y la AN, tienen la oportunidad oro. En política es difícil tener segundas
chances, pero los venezolanos estamos enmantillados. Es momento de la unidad
nacional. Más allá de las miserias
personalistas de los políticos, el país nos reclama una lucha conjunta. Hay que
dejar la autoflagelación y entender, que a veces los hechos que suceden son
simples y evidencian lo que se ve en ellos, sin nada más oculto. Se debe estar
alerta, sí, pero hay que estar claros que en política todo el mundo busca
salvarse de las desgracias, nunca nadie tiene la última palabra.
Por lo pronto, ya
nadie le cree a Maduro, ni el espejo. La ausencia de casi todo el cuerpo diplomático
adscrito en nuestro país, evidencia que la Carta Democrática será aplicada. Tal
vez se ejecuten sanciones inéditas, pero verdaderamente no se escaparán de las elecciones; eso
ni dudarlo. “El tsj” a través de sus sentencias coronó a Maduro XV y los
ciudadanos con su lucha, terminarán colocándole el sobrero de bufón que se
merece.
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