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La señal de cambio

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Por Miguel Peña G La historia política de Venezuela ha estado marcada por una serie de giros dramáticos, desde las dictaduras militares hasta los cuarenta años de democracia. Sin embargo, en los últimos meses, un fenómeno ha capturado la atención de la opinión pública y se ha convertido en la primera señal clara de una transición política en el país: María Corina Machado. Venezuela ha enfrentado una crisis sin precedentes. La economía colapsada, la migración masiva y la corrupción han dejado al país exhausto y desesperanzado. En medio de esta tormenta, María Corina Machado emerge -contra todo pronóstico- como una figura clave. Su liderazgo y visión han resonado con una población que anhela un cambio real.

Desafíos presentes y futuros

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  En medio del panorama político turbulento venezolano, la oscura sombra de ilegalidad se cierne sobre el "Consejo Nacional Electoral" (cne). La reciente negativa del ente en la inscripción de MCM y Corina Yoris para elecciones presidenciales ha desatado un clamor de críticas y ha alimentado aún más la desconfianza en un proceso electoral ya de por sí cuestionado.

No es una, Son dos

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En el escenario político venezolano se ajusta, y de qué forma. La reciente designación de la profesora Corina Yoris como candidata sustituta por parte de María Corina, ha dejado con los pantalones abajo a más de uno y claro, genera un impacto significativo en el panorama electoral del país. Esta decisión estratégica no solo resalta la posición democrática y de liderazgo de María Corina, sino que también evidencia su habilidad para tomar decisiones acertadas en momentos cruciales.  

María Corina a dos bandas

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      En medio de un escenario político convulso, las elecciones presidenciales se han convertido en un tema de gran controversia y expectación. El régimen se encuentra en estado emergencia social, visto que cada día el apoyo de la gente se transformado en repulsión. La candidatura de María Corina, luego de las Primarias, ha sido el epicentro de una compleja trama que ha sacudido el panorama político del país.  

Desatado

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  Un definido retrato de la decadencia, de la perversión expuesta por el régimen, lo representa la persecución desatada en los últimas semanas y días. Las aberraciones jurídicas se comenten, al son de los innumerables fantasmas que achechan y susurran al oído. En tiempos donde la posibilidad de salir del poder se hace real cada día, nadie queda exento de sufrir los estragos de una fiera herida y sin control. La venganza en contra de los venezolanos es más despiadada que nunca. La lotería roja está en marcha y cualquiera puede tener la desdicha de salir “premiado”.  

Esto no es política

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  Todo febrero nos rememora aquel sucio y artero 4F del año 92. Lamentablemente, los venezolanos seguimos en un bucle obligado donde la barbarie atosiga y amedrenta. Demasiada agua ha pasado por debajo del puente republicano desde la asonada militar de los 90, situación que en vez de mostrarnos como víctimas nos convierte en una sociedad inerme que permitió la destrucción del país; estamos al extremo de una tierra en apocalipsis. Si se hubiera dado al régimen chavista solo el 25% de aquel inmerecido rechazo total que se le otorgó a Carlos Andrés Pérez por aumentar 0,25 la gasolina, la situación sería distinta.  

Algo más que una elección

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Amenazar, amenazar y amenazar. No tiene que pensar hoy en otra cosa los especímenes que integran la coalición de poder. La verborrea disfuncional que se suscitó durante esta semana desde Miraflores y la ilegal “AN”, es extrañamente desesperada y cargada de miedos que antes no eran tan visibles. ¿Qué ocurre con el cinismo calculador que les caracteriza? A ciencia cierta, es difícil establecer las causas que provocan la histeria roja, sin embargo, no cabe ninguna duda de que la elección presidencial representa más que una elección para el chavo-madurismo. No importan las trampas que tengan planificadas, visto que el descalabro electoral que se avecina parece inmune a las triquiñuelas.