Llegó la Hora

 


Por miguel Peña G.

Sencillamente, llegó la hora. No cabe otra frase que defina la situación que vivirá el país el día de mañana. Si, el domingo 28 de julio representa la oportunidad que los venezolanos estábamos esperando con ansias. Los astros se han alineado para que el entendimiento de la dirigencia, la unidad de la política y ciudadanía se consumara de manera casi perfecta; casi, porque la perfección no existe y menos en política. Lo cierto es que la nación ha despertado de su letargo y decidió desde las Primarias, asumir el reto de enfrentar -con grandes desventajas- a la dictadura. El oprobio rojo está finito.

Desmontaje en números

Delsa Solorzano:"30.026 mesas con menos de 1 % de incidencias"

En un escenario previsto, el régimen quiso afincar su colmillo mediático en la instalación de las mesas electorales. Para Miraflores la narrativa es primordial, sobre todo al conocer con encuestas en la mano, que perdió la calle y la intención del voto hace rato. Con ese miedo cerval que le aqueja, se dispuso a tratar de entorpecer dos elementos esenciales para que la oposición cobre el resultado del domingo: ralentizar la acreditación de sus testigos, e impedir presencia opositora en la instalación de mesas. Ninguna de las dos trampas funcionó, síntoma real de que el régimen de entrada ya perdió. Las credenciales se otorgaron al 100% luego de la firmeza de la PUD. Por otro lado, la estrategia de impedir presencia de testigos de la unidad en las mesas, solo ocurrió en 50 mesas en todo el país. En pocas palabras, de 3026 mesas, solo el 1% tuvo algún problema que, además, se resolvió.

No quieren veedores

El régimen quiere ocultar lo que la comunidad internacional prevé que ocurrirá. Hasta sus aliados más conspicuos, entienden que el tiempo de Maduro en la presidencia ha llegado a su fin. Nadie es ajeno al fenómeno social que se viven en las calles del país. A pesar del control de la información, los laboratorios mediáticos y el bloqueo de medios digitales, el mundo ha visto de primera mano el sentimiento nacional encabezado por María Corina. La comunidad internacional tiene sus números y sacas sus cuentas. Por ello, no es una casualidad que hace dos días Bloomberg filtrara un reporte que Barclays envió a sus clientes, donde indica que “existe la posibilidad real de una transición política en Venezuela”. No importa que bloqueen el espacio aéreo y deporten a senadores y diputados extranjeros, el mundo observa y no tolerará un zarpazo a la voluntad popular. En caso de que el régimen se lance al vació y desconozca los resultados, durara menos que Pedro Carmona.

¿Qué ocurrirá?

Es la pregunta de las 10mil lochas que todos nos hacemos. En una elección presidencial todo es impredecible, más aún, cuando se asiste a las urnas electorales bajo unas condiciones adversas y contrarias a la Ley. Sin embargo,  en ningún caso se puede dejar de hacer un análisis global del movimiento social que se ha generado en cada rincón del país, y que da la posibilidad certera de que este domingo 28 de julio, el destino de la républica cambie definitivamente. Veinticinco años de oprobio, abuso, violaciones de DDHH, persecución, muertes, destrucción institucional, represión, cinismo y corrupción desbocada, son suficientes para que el venezolano diga: “hasta aquí”. No es cuestión de percepciones, es un sentimiento que se ve activo en las calles. Desde el humilde hasta el académico entiende que el cambio está en sus manos, y ese poder nadie se lo quitará.

Llegó la hora es más que un chascarrillo para sacar lágrimas, es un contrato ciudadano firmado donde usted, querido lector, se compromete con la república. Su misión es única e intransferible, pues no se puede delegar la responsabilidad a otro. Llegó la hora no es una advertencia más, es el aviso rotundo de que el país no tiene mañana si la gente se va de parranda a la playa y no vota. Llegó la hora, no es un eslogan maltrecho que sirve para rellenar una pancarta, es una frase que debe tatuarse en su conciencia y repetirla como mantra. Llegó la hora, no es el simple título de este artículo, es el grito de guerra que en su momento Bolívar -el de verdad y no el chavista- espetó. Llegó la hora es, literalmente, llegó la hora.

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