No es cuestión de números

 


Por Miguel Peña.

Ocho días separan la llegada de la democracia. No es retórica ni fetiche electoral, es un hecho consumado que en una semana nos jugamos la república. El próximo domingo es una prueba de fuego ciudadana en la que el país multicolor refrendará formalmente lo que ya deicidió desde las Primarias. El cambio se siente contundente para el oprobio y se posiciona frente al país como un futuro prometedor y sin ambages políticos. No importa la narrativa fabricada hasta en las pantallas de Times Square, el repudio es masivo. No se trata de odio ni resentimiento, lo que mueve a la gente contra el régimen es la esperanza.

Los números aplastan: 59 a 24

Los sondeos y encuestas mantienen su tendencia irreversible. Todo lo que el régimen inventa para revertir el deslave electoral, acelera la unificación del ciudadano -sin importar estrato social- en solo único objetivo: salir de la dictadura, hay que repetirlo, vamos a elecciones en dictadura, eso no se nos puede olvidar. Como antesala del 28J y como es costumbre en elecciones anteriores, se ha publicado la encuesta de la firma DELPHOS y el Centro de estudios políticos de la UCAB. La medición concluye como todos los sondeos de opinión serios, que Edmundo González -de la mano de MCM- se sitúa con el 59,1% de las preferencias electorales, mientras que el desgastado rey del gallinero se sitúa con 24, 6%. Algo nunca visto, 25 puntos de ventaja a una semana de una elección presidencial. Por supuesto, las elecciones no se ganan con encuestas, por lo que esa ventaja debe refrendarse el 28; cuidado y la ventaja no es mayor.

 Del empate técnico a la guerra civil

Si perdemos habrá una guerra civil…”

La contundencia de los números se transforma en un veneno letal para el régimen. Como un arlequín devaluado, las maromas y puestas en escena para presentar a un candidato chévere, carismático y en onda, traspasa la raya del ridículo a lo patético.  No solo el régimen vive las etapas del duelo, también sus monigotes mediáticos adan como pajarito en grama en los medios de comunicación que le dan cabida. Primero iniciaron con encuestas falsas y números que no se sostienen ni con pega loca. Al ver que el apoyo hacia EGU y MCM crece más cada día, inventaron el argumento del “empate técnico” algo que, en lenguaje estadístico, no cuela mucho.  Si un candidato tiene un punto de ventaja pues, ¡oh sorpresa!, es un punto de ventaja. En fin, cada viuda debe cargar su duelo, sobre todo, esos bonistas que buscan su tajada. El dueño del circo se da cuenta de su fracaso y toma la iniciativa bélica. EL camino aconsejado es: la amenaza y el terror: “Si perdemos habrá una guerra civil…”, sentencia que no vale la pena analizar ni en tres líneas.

Atentado y esperanza

La coalición de poder se supera en la desesperación que vive. No es secreto el talente torturador y despótico que en veinticinco años ha mostrado el chavismo y sus hordas, sin embargo, lo que intentaron hacerle a María Corina en el Estado Lara pasó a otro nivel de alerta. El cuento, querido lector ya usted lo conoce. Fue violada la seguridad de los vehículos que trasladan por todo el país a la líder de la oposición. Más allá de la acción gravísima que eso representa, la lectura que se debe hacer con cabeza fría, es que las alas que integran la banda y que no entran en negociación, siente que van a quedar colgados de la brocha. Ante ese escenario, sienten que no tienen nada que perder y han decidido andar por la libre del poder en Miraflores. Claro está, el único responsable es uno que dice ser pinto. Cada amenaza soltada en la soledad  de sus arengas, se convierten en creatina y aumenta la masa muscular de la decisión ciudadana de salir del oprobio.

 Al final, esto no solo es cuestión de números si no de convicción democrática y de hartazgo. Por ello, es necesario que se tengan presente varios tips para el 28J: salga a votar temprano, llévese su kit electoral como dijo MCM, vaya a su centro electoral vestido en jeans y sin franelas políticamente alusivas, colabore con lo que pueda para la hidratación y comida de los testigos de la unidad y luego respalde el conteo. Ahora la pelota se encuentra del lado ciudadano, porque contra todo pronóstico, la dirigencia política cumplió con lo que se le exigía. Llegó la hora suya y mía.

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