A realazos limpio
La
esquizofrenia social provocada por el régimen, se ha vuelto
incontrolable y desesperante en los últimos días. El cinismo y el descaro que
Maduro implementa en su accionar, pretende sepultar para siempre la dignidad
del ciudadano. Ese es el plan establecido, desmoralizar a los venezolanos con el propósito de pisotear la voluntad de luchar, protestar, exigir; en fin, de mantenernos en
pie ante los embates criminales de la abyecta dictadura venezolana. Más allá de
la incuestionable mala praxis gubernamental que caracteriza al inquilino de Miraflores, debe
quedar claro que, cada una de sus nefastas políticas, solo buscan sistematizar
la destrucción del país; gobernar sobre ruinas.
Maduro sabe
bien que no cuenta con el apoyo de nadie, ni aquellos de su entorno más cercano
son de fiar. Procura mantener el poder bajo el cañón del fusil y el chantaje.
Por supuesto, el segundo le ha resultado difícil controlarlo, ya que la economía
nacional está en franca desaparición. La égida de un modelo anacrónico y
desfasado, destruye -minuto a minuto- lo poco que queda de nuestras industrias
básicas. Definitivamente, el régimen no podrá mantener su política populista y clientelar de regalar dinero a manos llenas, por
lo que decide repartir –cual carroña- los restos del cadáver que yace postrado
a merced de los buitres.
El principio
de la destrucción económica nacional inició con Chávez. Existen varias razones
por las que Chávez regalaba, sin control, los ingresos derivados de la renta
petrolera. Sin embargo, las más resaltantes fueron: el enfermizo deseo de mantener
-a como diera lugar- el poder (para el chavismo el poder es un fin en sí mismo.
La alternabilidad democrática no tiene valor alguno). La otra, el terror cerval
a una asonada militar (era su pesadilla eterna). Estas angustias y preocupaciones
ahora rigen las actuaciones de Maduro, razón por la que necesita buscar dinero hasta
debajo de las piedras. No importa si viola la ley, o la adapta a sus urgencias vía decretos.
Las
protestas se viralizan sin detenerse. No existe rincón del país que no protagonice
reclamos y muestre descontento. Enfermeras, maestros, universitarios, enfermos
crónicos, médicos, transportistas, empresarios, militares entre otros sectores,
se hartaron de la ignominia y la desvergüenza madurista. Con la posibilidad
real de enfrentar un estallido social sin precedentes, la incontrolable
hiperinflación, la falta de moneda dura, y la solicitud de Trump a los saudíes
de aumentar la producción petrolera para bajar los precios del crudo, hacen que
el régimen inicie, con apremio, la priorización del chantaje a través del
dinero; “bolívares a manos llenas”.
El volcán
económico sobre el que se encuentra el país, hace presumir que la dictadura no podrá
cumplir con las distintas demandas salariales y, mucho menos, las dádivas sociales que
sustentan su absurda "gestión" populista. Consciente de ello, se destinan los pocos
ingresos que entran a nuestra maltrecha hacienda pública, al incremento exagerado
de sueldos y beneficios a los militares. Claro, si en el ambiente pululan
escenarios de agitación social, el mundo bizarro verde olivo no escapa a desenlaces
similares. Ciertamente, existe un descontento dentro de las FNAB, no solo en
respuesta al carácter dictatorial y criminal del madurismo, sino porque la
crisis campante no discrimina entre militares y civiles; atropella a todos por
igual.
La ola de
reclamos laborales y sociales, hacen que Nicolás Maduro decida silenciar, sin
reparos, a las dos instituciones que darían al traste con sus pretensiones
dictatoriales: Universidades y las FANB. El régimen ha resuelto aumentar el
salario de los universitarios en un 200% aprox., a fin de apaciguar las demandas
contractuales que los docentes y empleados solicitan; FAPUV analiza convocar un
paro indefinido. En cuanto a los militares, solo tenemos que valorar la proporción
del supuesto salario que devengará un oficial recién graduado, para tener
alguna idea del descontento reinante en los cuarteles. ¿Hay dinero para tanta
promesa? La respuesta es sencilla, no. Creer que a realazo limpio logrará calmar
al país, es un error de cálculo que pasará factura más temprano que tarde.
Miguel Peña G.
@miguepeg
Miguel Peña G.
@miguepeg
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