#SoluciONUnida
A pesar del
principio de maldad que ha movido al chavismo desde su ascenso al poder, siempre supo sortear -gracias a la petrochequera- las críticas y señalamientos
de la comunidad internacional sobre las constantes violaciones al Estado de
Derecho. Más allá de contar con apoyos ideológicos y financieros dentro de
organismos multilaterales del mundo, Chávez en su proyecto personalista y
megalómano, ayudó a construir un entramado internacional que le favoreció en su
obcecado proyecto destructivo de la democracia venezolana. Muchos gobiernos e instituciones
-por intereses comunes o planificados- se hicieron de la vista gorda, a los propósitos
dictatoriales del milico que, desde mediados del año 99, le relucían a simple
vista.
Después del
viraje político que ha dado el continente americano, la realidad del régimen
chavista, representado en estas aciagas horas por el rancio y abyecto modelo
madurista, es espesa, incierta y condenatoria. Difícilmente, podamos vaticinar
los prolegómenos del fin de la dictadura venezolana. Sin embargo, los recientes
hechos ocurridos en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas dan
cuenta de que, el panorama para Maduro y su comparsa, ha cambiado de tajo. No es
preciso ser un consumado internacionalista para entender que los tiempos en el
poder se acortaron; el día “D” inició.
Irónicamente,
el escenario internacional del cual se valió el chavismo para justificar su
criminal y despótica manera de ejercer el poder, en detrimento de los más
elementales preceptos democráticos, hoy les ha dado la espalda de manera
abrupta y decidida, sin que ninguno de los herederos del socialismo del S.XXI
pueda hacer nada. El romance -contra natura- que existió entre la ONU y la dictadura
venezolana hasta hace algunos meses atrás, ha llegado a su fin; claro, no
porque la institución multilateral lo haya decidido de esa manera, sino porque
a todas luces, las circunstancias geopolíticas cambiaron. Nuevos actores, otros
intereses y por supuesto, distintos valores sociales, morales y humanos,
apalanca la reciente postura de hierro hacia el régimen venezolano.
Nadie es
infalible y como cualquier dictador, Maduro se encuentra ensimismado por la
adulancia amarga del entorno y al mismo tiempo, preso del sofocante poder que
le otorga -por ahora- la bayoneta; esto sin dudas, hace que cometa el error más
grave de la política: divorciarse de la realidad. Lo ocurrido con su
estrafalaria visita a Estambul plasmado en el elocuente video de su "orgía
cárnica", y su participación desesperada en la asamblea de la ONU, son muestra
de que para el chofer-obrero-víctima de Miraflores, la realidad de los hechos
no le mortifica; craso error, para un régimen que pregona que su tiempo en el
poder es y será infinito.
Los análisis
sobre los resultados negativos que obtuvo el régimen madurista en la ONU resultan
acuciosos y demoledores. Ciertamente, los diferentes discursos democráticos en
favor de los venezolanos fueron magistrales. Uno a uno, la mayoría de los
presidentes de la región, dejaron desnuda la más vil y oprobiosa dictadura de Latinoamérica.
Los mandatarios de EE.UU., Colombia, Argentina, Perú, entre otros, mostraron en
sus alocuciones cifras y argumentos de la real crisis venezolana, algo que,
sabíamos de antemano. Sin embargo, quien liquidó al régimen de Maduro fue el
presidente de Ecuador, Lenin Moreno. Su Intervención fue muy significativa e
importante, pues al ser de izquierda, sorprendió al presentar y denunciar en detalle lo que ocurre con nuestra diáspora; el régimen jamás vio venir ese puñetazo.
Maduro cayó
sin percatarse, en una trampa internacional de la que no podrá salir fácilmente
y, quizás, nunca lo haga. El desespero por hacer control de daños, luego de la
paliza institucional recibida, y las punzantes declaraciones de Donald Trump al
referir, alguna posibilidad de aceptar reunirse con Maduro descolocó al régimen
completamente, al punto de improvisar -cuando había confirmado que no iría- un
viaje relámpago a NY. La misma Sra. Eva Golinger destacó, el error que supone el
desesperado viaje del inquilino de Miraflores; la suerte está echada. Nicolás
Maduro ha dejado de ser reconocido en el ámbito internacional. Entonces, lo
internacional se mueve y duro, ahora nos toca a nosotros. Conquistar libertades a control remoto es fantasía. No busquemos fórmulas mágicas, la #SoliciONUnida entre la comunidad
internacional y los venezolanos, es la única salida.
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