De Cirílico a Mandarín




La Política no se refiere a separar -como hace un niño con las verduras de la sopa- a personas que no comulgan con alguna ideología o corriente social específica. Por el contrario, busca la manera de promover procesos de toma decisiones aplicables a miembros de un determinado grupo, lo que significa que es integradora y no excluyente; así debería ser. En política no existen dirigentes químicamente puros, liderazgos perfectos y, mucho menos, los parias. Realmente, el ejercicio político se fundamenta en un trípode muy básico: diálogos, negociaciones y acuerdos, valores que, antagónicamente, van de la mano con la conflictividad y los desacuerdos; de allí su complejidad.

Desde ese punto de vista básico que, pudiéramos decir, es un concepto de política para dummies, es donde el liderazgo opositor debería iniciar la construcción del discurso y su accionar. A pesar de que los tiempos de globalización cambian al mundo constantemente, sigue prevaleciendo inalterable Bismarck y su Realpolitik; sin importa que se gobierne a través de las redes sociales. Esto es indispensable que lo entienda el radicalismo del eterno “quiebre”. Si bien, en las últimas semanas el discurso de María Corina Machado ha dado un giro inesperado, al reconocer reuniones con sectores del chavismo, sus maniobras deben ir más allá del acomodo mediático y circunstancial de los acontecimientos presentes y futuros.

Enmascarados en cansonas intransigencias y malcriadeces políticas, la estrategia del: "a mi no me gusta" para posicionar candidaturas, es un argumento gastado al que se le notan las inmensas costuras. Mantener posiciones que bien saben en algún momento tendrán que deponer, nos dice mucho de la inmadurez de la dirigencia que soluciona todo con sentencias grandilocuentes y bananeras. Así no se maneja un partido; así no se gestiona el capital político; así no se puede pretender dirigir a Venezuela. Soslayar la realidad que se palpita en las calles del país, montando un discurso que muestra la necesidad y la excedida furia social, es pisar nefastos linderos de un populismo ramplón y barato.

Detrás de liderazgos radicales, siempre se esconde una verdad incontrovertible: actitudes dúctiles a gran escala. Mucha locuacidad y gritería solo producen ronquera y, claro, una salida expedita para escapar y esconder las deficiencias a la hora de tratar temas importantes como, por ejemplo; el nuevo periodo legislativo, las primarias y una eventual salida negociada.  Las acciones políticas de un dirigente nunca deben estar pautadas por la tribuna lateral o, mejor dicho, por la grada de los ultras que dicen saber, conocer y estar por encima de cualquier situación o persona, que no comulgue con su obcecada visión del mundo. Hacer política desde el adjetivo calificativo es muy sencillo. Lo realmente difícil, es ejercer la política desde el entendimiento entre iguales, sin distinciones o zancadillas.

Los distintos esfuerzos que se realicen para lograr el famoso quiebre se deben apoyar, sin respingos de ningún tipo. Enviar comunicaciones a distintos gobiernos del mundo es una estrategia valorable, porque el tema Venezuela se debe mantener fresco en la política global. Ahora bien, resultaría más efectiva esa táctica, si las comunicaciones surgen del mismo seno de la Asamblea Nacional, pues, el efecto institucional del parlamento, es más fuerte que la petición de un ciudadano común, sea político o un chichero. Hay que ubicarse y reconocer que la AN, es un poder constituido que será atendido por los gobiernos democráticos del mundo.

Las estrategias tienen que ser orientadas a otros frentes. Quizás, resultaría mejor, tratar de abonar terrenos que ayuden a consensuar con diferentes partidos y sectores de la sociedad. Es más útil sumarse al Frente Amplio y exponer, sin prepotencias, puntos de vista propios. Los congresos que se realizarán durante dos fines de semana, es el momento oportuno para que los dueños del “quiebre” participen y propongan escenarios reales y concretos, a fin de conseguir el objetivo que nos une. Salidas ficticias nada más sirven de guión para una serie de Netflix; “The break”.

¿Cómo es que la otrora coordinadora de una ONG llamada SUMATE, prefiera la división e imponer su tesis para salir de la crisis? Se torna bizarro explicar esta duda. El diputado Miguel Pizarro, comentó hace días: “María Corina es necesaria”. Desde ese llamado, la líder de Vente puede reconsiderar su postura y sumarse a una lucha interna más amplia. El tema internacional es complejo. Los rusos y los chinos tienen intereses muy profundos en Venezuela, para pensar que una carta los hará declinar sobre ellos. La diplomacia disuasiva le compete a quienes saben manejarla. Basta con leer la denuncia hecha por el senador Marco Rubio, en contra de la intromisión del régimen chino en nuestros asuntos, para hacernos una idea de cómo se juega en esas lides. Remar dentro del lodazal de la política doméstica no se compara, con nadar en las turbulentas aguas de la geopolítica mundial. No alcanza con sólo hablar inglés, ni transcribiendo documentos de cirílico a mandarín.

Miguel Peña G.
@miguepeg

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