Once Segundos




El destartalado mensaje que llega desde Miraflores sigue siendo el mismo. Básicas y predecibles, cada silaba pronunciada por los más conspicuos representantes del régimen, exponen la radiografía de un país que se ahoga en la más absoluta y vergonzante anomia. Venezuela es tierra de nadie. Quizás, la profundidad de las heridas causadas desde el año 98 no dejan cicatrizar de una vez y para siempre, este mal social que se ha apoderado de la nación. No es casualidad que lo alaridos rojos se den con mucha mayor fuerza en las últimas semanas, claro, la costumbre de creerse eternos les juega una mala pasada. El destino es inconfundible, ya no soporta tanta fachada y pintura.

Las insuficiencias mentales del chavismo fueron aderezadas con la venganza y el odio hacia la venezolanidad. Las luces de un país sano comenzaron a prender en intermitente, desde el primer discurso destornillado de Chávez como presidente constitucional. “Juro ante esta moribunda constitución…”, no fue simplemente la declaración de guerra -de un militar golpista- al ordenamiento jurídico y a la democracia venezolana. Más bien, esa sentencia fue el resumen, la introducción o el brief -como quiera llamarlo-, de la mayor estrategia gansteril de la que el mundo tendrá registro. Las masas que se dejaron empalagar por la antipolítica bailaron al son que presagiaba la destrucción que vemos en vivo y directo, en un presente que se hace cada vez más bizarro.

El chavismo esta signado por grandes lineamientos de corrupción, complementados con cantidades inconmensurable de ridiculez y parálisis del sentido común. Cada personaje que enarbola las banderas rojas sucumbe, sin remedio, a ese refrán criollo que salta cuando vemos a alguien simular lo que no es; ¡aunque el mono se vista de seda…! En medio del desastre social, político y hospitalario, resulta frustrante tener que leer o escuchar a los funcionarios del régimen de Maduro; uno es peor que otro. No dan pie con bola en ningún tipo de oración o párrafo. Es entendible, porque algunos son catalogados de malos estudiantes universitarios, bueno, aquellos que se dignaron a presenciar clases durante años en las Universidades del país; institucionalizadas en la democracia que ellos ayudaron a destruir.

Las valoraciones lógicas y humanas pierden cualquier medición normal dentro de la dictadura. Frases como “por ahora”, “nos espían a través de Directv”, “el 28, el 28”, “tendencia irreversible”, etc., forman parte de una tragicomedia ramplona que va caminando hacia su desenlace. Claro, a pesar de lo paupérrimo de la obra, siempre viene un final -aunque sea malo- inesperado y digno de la porquería que le precede. Como “cierre épico”, nos lanza la perla verbal: “en 11 segundos un avión militar puede llegar a Bogotá”. Esto no significa una frase soltada desde la penumbra del conocimiento, es la muestra fehaciente del talante mediocre de quienes han gobernado durante dos décadas al país. Más que una amenaza patotera, debemos verla como lo que es: el chavo-madurismo se ha desgatado y llegó a su final.

Once segundos no significan nada frente a veinte años de destrucción masiva. Que puede importar otra mamarrachada discursiva, sobre todo, cuando ya no tiene los efectos mediáticos de antes. Cada once segundos que el régimen sigue en el poder, se afianza con mayor fuerza la decisión ciudadana de querer un país mejor, con gobernantes adecuados y una economía de primer mundo. Venezuela está en vías de un cambio social sin precedentes; así no lo parezca. El desvió hacia la tangente miserable provocada en el año 92, comienza a unirse con la línea de tiempo que nunca debimos perder. La exploración gratis que realizamos a las mismas entrañas de Vormir, tendrán que servirnos para construir un futuro excepcional como nación.

El cese de la usurpación no ha sido tarea fácil, usted y yo conocemos de sobra las causas. Lo importante, es tener claro que no podemos circunscribir que el final de una cofradía delincuencial se dará en once segundos. No seamos tan básicos ni caigamos en los aromas del neolenguaje rojo. Se construyen estrategias que, sin dudas, le darán cuerpo a los escenarios de libertad. La aprobación del TIAR, la salida de Bolton, la respuesta sobre Venezuela de Trump al senador Marco Rubio, la supervisión del Comando Sur del movimiento militar en nuestra frontera, son piezas claves que nadie puede obviar a la ligera. El final del oprobio ha durado meses, semanas y días, razón por la que será efectivo cuando llegue. Cierto, hemos tardado más de en once segundos, pero valdrá la pena.

Miguel Peña G.
@miguepeg

Comentarios

  1. Estados Unidos tem no mínimo 4 casos muito mais importantes que Venezuela.

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