Sin Una Bala



En el mundo incierto de la política, ningún cálculo es exacto, es decir, no se pueden establecer y ejecutar estrategias pensando de antemano, que serán infalibles para cualquier situación. Hay quienes dicen que en la política dos más dos nunca son cuatro algo que, sin dudas, da al traste con las teorías fantásticas y tremendistas, de aquellos monótonos pregoneros que solo rezan la misma letanía: “la situación de Venezuela se resuelve nada más con una acción, la fuerza”. Es entendible que la desesperación social, haga que los ciudadanos quieran soluciones inmediatas a la crisis, sin embargo, cuando un dirigente llega a esos niveles de inmediatez, nos debe advertir que tiene un plan oculto o, en resumidas cuentas, no califica para político.

Desde el pasado 5 de enero los demonios y los miedos se han desatado; claro, no es para menos. Diputados “opositores” entregando su dignidad por cuatro lochas, el régimen arreciando su criminalidad, los militares vestidos de ilegalidad y peleando contra la república y, por si fuera poco, la hiperinflación que destruye como huracán todo a su paso, dejan abierta la puerta para que la locura colectiva impere. En medio de este desorden de país, es cuando debemos valorar, en primer lugar, la convicción de lucha de los diputados demócratas, quienes no se dejaron amedrentar con los sonidos de las armas ni de las monedas de verde, en segundo lugar, el aplomo que mantiene el presidente Juan Guaidó, ante los desmanes del régimen y las voces aturdidoras de la guerra virtual.

Ciertamente, el cese de la usurpación ha resultado más complejo que la misma situación país, razón por la que es imposible apegarse a un solo modo de conseguir el objetivo final. Si bien, la intervención militar internacional se presenta -para algunos- como la única estrategia que ayudará a salir del régimen chavista, esta no es una acción real -por ahora-, más allá de las declaraciones que dan cabida a la tácticas psicológicas de EE.UU. Bajo esta óptica, Sun Tzu en el Arte de la Guerra lo deja claro: “La guerra es un grave asunto del estado; es un lugar de vida y muerte, una vía hacia la supervivencia y extinción, una cuestión que hay que reflexionar detenidamente”.

Persona escudadas en una ramplona ignorancia y con propósitos bien oscuros -como el caso de Panam Post-, se dedicaron a insultar al presidente Guaidó por el anuncio de tomar el canal chavista TeleSur, como parte de las acciones que permitirán la reconquista de la democracia venezolana. ¿Es tan difícil entender que en política también existen las tomas de "cabeceras de playa", con el propósito de lograr los objetivos? No cabe la menor duda, es prioridad salvar un hospital, pero hacerlo cuando el régimen controla todas las instituciones es casi imposible. Pensar que Guaidó y los diputados demócratas, no saben que es más urgente recatar el JM de los Ríos que un canal de TV, es necedad. Las luchas políticas no están signadas a deseos y pareceres, sino por oportunidades.

A estas alturas, seguir con la estupidez de exclamar que lo del canal TeleSur no es prioritario, es no comprender de que se trata está lucha. Toda acción que permita quebrar a la dictadura debe ser apoyada, por más insignificante que parezca. Haga un ejercicio mental, vea lo de TeleSur como una sanción más. Los hilos se mueven, aunque usted no lo crea. Esta estrategia se ha venido manejando desde hace meses y forma parte del cambio de política, que la administración Trump le dará al asunto Venezuela durante el 2020. Recuerde que Directv es una empresa estadounidense que pertenece a AT&T, de allí la importancia que cobra la decisión presidencial de Guaidó, de nombrar una junta directiva que adelante la toma del canal chavista. Recomiendo leer la nota: “Cambian las señales: Telesur está por dejar atrás su nombre y DirecTv su yugo chavista en Venezuela”, del portal DiarioMiami.com; así verán el panorama  a todo color.

La mejor guerra, es aquella donde se consigue la victoria sin una bala. Cualquier acción que sirva para terminar con la dictadura, no es pérdida de tiempo. Afirmar, anticipadamente, que no se hacen otras cosas distintas a lo de TeleSur es tener una visión plana y analógica del asunto. Se le está quitando gran parte de la estructura comunicacional al régimen, en este caso, en el ámbito internacional. Por si no lo saben, parte esencial de la guerra es quitarle las comunicaciones al enemigo; impedir que manejen información es vital. La recuperación de la democracia está en proceso, a pesar de que algunos ahogados en desespero no quieren verlo y, mucho menos, decirlo. Repito, la recuperación de la democracia esta en proceso y sin disparar de nuestro lado, una sola bala.

Miguel Peña G.
@miguepeg

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