Burbuja



Venezuela se ha convertido en un país donde predominan las tendencias. Algunos atinarían a concluir que esto se debe a que vivimos en una sociedad 2.0, algo lógico. Sin embargo, se puede apuntar como otra causa, la memoria corta de los venezolanos. Una especie de síndrome del olvido, que mostramos en cada situación sociopolítica que hemos experimentado a lo largo de la historia republicana. Cualquiera sean las razones, lo cierto es que no podemos seguir solapando temas y, mucho menos, abandonarlos en el baúl de la omisión, para tratar de resolver aquellos que problemas nuevos que nos impone la crisis masiva que vivimos. Aunque la mengua social se percibe en cualquier calle, las cicatrices profundas del pasado se deben sanar con el propósito de no seguir con las épicas de los errores.

El análisis del fenómeno chavista no solo podemos centrarlo, como la megalomanía desenfrenada de un hombre que quiso apoderarse del país. Las motivaciones son más oscura y escabrosas que un simple señalamiento desde la rabia descontrolada. El régimen tiene dentro de sus manchadas mochilas, cantidades inconmensurables de acciones que son atribuibles a cada una de nuestras desgracias. Destrucción de la economía, desmontaje del sistema nacional de salud, quiebra de la industria petrolera y siderúrgica, hiperinflación, inseguridad, violación de DDHH, en fin; cualquiera que sea la contrariedad, el único culpable es el chavismo; originario y hereditario. 


Bajo la maniobra del pasticho noticioso, el régimen dibuja su accionar ante cualquier tropelía que realiza. Dedicado a montar varios frentes de “información” controlada, desde Miraflores se busca mantener la distracción ciudadana. Ahora con los dólares de la corrupción, la nueva tendencia que se inventan es el desarrollo de una economía paralela y virtual, por así decirlo, que busca meter en una burbuja de abundancia a los venezolanos que campean una crisis que parece arrancar la piel de tajo. Los más vulnerables para caer en esta sucia treta, son aquellos que no han visto un dólar ni en foto. Esa clase social que nunca tuvo acceso a divisas se ve deslumbrada con las sonrisas de Franklin, Jefferson y Washington.

Con la imposibilidad de seguir lavando el dinero en paraísos fiscales, la solución fue estructurar un sistema que les permitiera legalizar de manera rápida cada dólar sucio. Con la hiperinflación que se agranda a paso de vencedores, los más incautos creen que las comparaciones bodegueras entre bolívares y divisas, los hará esquivar -sin rasguños- cualquier alza en los precios. Como la política destructiva de los servicios públicos perdió su efecto nocivo de desviar la atención social, pues que mejor forma de adormecer las protestas masivas, que liberar el control de divisas; claro, una liberación informal, porque hasta para eso son cobardes. Lo paradójico de dicha situación, es que ya le juega en contra al régimen.

Si hablamos de burbujas, no solo la económica se va de la mano con los efímeros bodegones. En lo político, también existen burbujas que comienzan a reventarse ante la punzante verdad de los hechos. La gira del presidente Guaidó además de afianzar los apoyos internacionales, se transformó en la acción política que inició paso a paso, el desmontaje del entramado chavo-madurista. Los desacuerdos internos dentro de la dictadura son tan evidentes, que han llegado al punto donde lo ridículo se fusiona con lo criminal. La entrega de la espada de Bolívar en Táchira, las discusiones dentro del “tsj”, gobernadores rojos que se deslindan sin llamar la atención, la ineficacia de la “constituyente”, la desintegración de los diputados escorpión, la conformación del comité de postulaciones para el nuevo CNE, en fin; burbujas que ya no flotan.

En el enfrentamiento diario donde se busca imponer la verdad ante la indolencia del país burbuja, el mundo democrático dirige todas sus baterías a un objetivo único, desinflar los apoyos que sostienen a Maduro. Iniciaron con el desangre financiero de la dictadura, al quitarles fondos a testaferros y enchufados que manejaban a su antojo los dineros robados. El segundo paso y uno de los más importantes, es elevar el costo de culpabilidad de los militares, es decir, la declaración de la ONU donde confirma la existencia del cartel de los soles revienta sin contemplación, las más abyecta y nauseabunda de las burbujas. Las Discusiones dentro del mundo militar se dan con una solo premisa: ¿Qué hacemos para salvamos? Como era de esperarse, el cascaron vacío que siempre fue el chavismo, se desmorona con solo soplar cada burbuja por separado.

Miguel Peña G.
@miguepeg



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