Fusil Mellado



La mordaza social que se impuso hace veinte años, no ha quitado el aliento democrático a los venezolanos. Por el contrario, el grito de libertad se escucha fuerte y claro cada día, incluso, más allá de nuestras fronteras. Sin dudas, somos ejemplo de resiliencia mundial, visto que nos reponemos ante toda adversidad que el chavismo quiso y quiere colocar en nuestras espaldas, como una mortal cruz envenenada. El régimen desde su infausta llegada ha querido cambiar el talente ciudadano que nos caracterizó durante años, por una repugnante obediencia tropera que debe agachar la cabeza y cuadrarse firme al militarucho de turno. Duele en el alma ver a un militar en funciones de gerencia.

Luego de transitar cuatro décadas de orden civil, el cáncer militar y caudillista de las dictaduras de antaño, tomó su segundo aire con el propósito de no dejar más nunca el poder. Claro está, la erosionada mentalidad militar -pues no es doctrina desde hace rato- comprendió que no podía seguir pelando a punta de fusil la llegada a Miraflores; una lección que les dejó los dos fallidos golpes de estado en el año 92. Había que cambiar de estrategia y tomar la vía más larga que, al final, resultaría la más segura para la toma de la cabecera de playa principal de la democracia. El aliento insaciable de dominar al país no solo lo enarbolaba Chávez, también, gran parte del mundo castrense espero en silencio su parte del botín. 

Ciertamente, abordar el tema militar resulta complejo. Sin embargo, como esas ironías acérrimas que amargan la vida de los inicuos, ese mismo complicado mundo verde oliva no aguanta ningún análisis profundo, ante tanta simplicidad institucional. No existen secretos, desde que asumió el poder, Chávez inició un proceso de transformación del país en el que los militares ocupaban un lugar fundamental para los planes de eternizarse en el poder. Dominación y control es la premisa, y la misión que involucra a las FANB dentro del proyecto chavista. La estrategia fue corromper desde los cimientos a una institución que, junto a las Iglesia y las Universidades, gozaba del mayor respeto nacional.

El principio de destrucción del prestigio institucional, es algo que le funciona muy bien al chavismo. Un ejemplo triste de esto es lo que ocurren en dos de las más prestigiosas universidades nacionales: la UCV y en la UC. El CNU permitió a los concejos universitarios estructurar un pago exorbitante denominado: “prima de responsabilidad”, a un grupo reducido y seleccionado de universitarios dejando por fuera al grueso de los trabajadores. Así logras el desprestigio entre pares y, al mismo tiempo, controlas a las autoridades. Lo mismo ocurre en las Fuerzas Armadas, se destruyó la credibilidad castrense desde sus cimientos libertarios.

¿Por qué los civiles permitimos esta escalada militar? Se ha hablado en cantidades, sobre las causas que llevaron a los venezolanos a descansar su talente civilista en el incierto regazo militar. El resentimiento y la falsa idolatría creada por algunos historiadores que, apuntaban a que los mejores tiempos del país fueron en manos de las cachuchas, abonaron un terreno fértil para que los golpistas del 92 cegaran con el resplandor de insignias y medallas inmerecidas, a unos cuantos venezolanos necesitados de “paternidades” heroicas, ante tanta -según algunos analistas- “orfandad” política. La verdad, es que ese supuesto desamparo de la dirigencia de turno no era tan letal y nocivo, como las ganas de formalizar el chuleo y la manutención que se requería del papá Estado. El asunto era legalizar el 27 de febrero del 89; a eso se reduce el saqueo chavista.

El régimen no se harta de su criminalidad, no le es suficiente tanta destrucción. Con un fusil mellado, busca mantener viva la retórica ensalivada y carente de argumentos sólidos. Con el fusil doblado y la pólvora mojada, se cambian dentro de las estructuras de la coalición dominante, los trajes y corbatas de marca adquiridos en los años de corrupción, por las charreteras y los uniformes camuflados. Esto indica, a todas luces, que el discurso que se da desde Miraflores con el objetivo de mantener cohesionadas las pocas bases de apoyo social, ya no surte efecto. Maduro desprestigiado como nadie en la historia política del mundo, trata a punta de fusil mellado que la gente obedezca y crea cualquier mentira. Con esa creencia fatua y desacertada, llegará sin darse cuenta al cese de la usurpación. El fusil mellado no aguanta un esmeril más.

Miguel Peña G.
@miguepeg 

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Gira en 360

No lo llame Diálogo, llámelo…

Enterrada la república, muerta la democracia