Atentado





Cualquier dogma de fe en la política, por sagrado que sea, tiene su excepción. Y es más, es obligado saltarse cualquier norma cuando, en un momento dado, la situación obliga a echar mano de esa renuncia por escandalosa y blasfema que parezca. En la actualidad todo parece indicar, que la acción descontrolada de un sector del régimen que no quiere una solución, debe poner a reflexionar enserio a la dirigencia opositora, sobre aquella máxima que se enarbola cada vez que la comunidad internacional se refiere a la dictadura de Maduro: “Todas las opciones están sobre la mesa”. Siempre se ha dicho que se juega en varios tableros, pero ahora más que nunca, se tendrán que considerar estrategias impensables.


Es obvio que, dentro del chavismo radical, las aguas se encuentran agitadas. El último acto de rebeldía del sector kamikaze del régimen en contra de su cúpula “Miraflorina”, es la emboscada que los grupos colectivos diseñaran en Barquisimeto, con el propósito de amedrentar a la oposición en la marcha realizada el pasado fin de semana. Sin escatimar esfuerzos, el ala criminal que sabe no entra en la ecuación de salidas consensuadas, busca llevar más allá de la retórica su advertencia a Maduro, por lo que acciona sin temor su lado siniestro, perpetrando un fallido atentado hacia el presidente Guaidó. Este hecho no pude ser catalogado como un mero desenfreno de unos pocos chavista, a todas luces, estamos en presencia de una movida planificada al estilo guerrilla.

En momentos de definiciones, es común que las distintas facciones que componen la coalición dominante comiencen a sacar cuentas de réditos y deudas. No hay que confundirse, no todo lo que se declara o se hace del lado rojo va dirigido a bombardear a la oposición. A estas alturas del partido Maduro y compañía, tienen claro que la oposición democrática y decente no sucumbirá a la operación alacrán. Si a eso le sumamos el excelente cierre de la gira internacional de Juan Guaidó, se puede dimensionar que puertas adentro, el chavismo radical quiere elevar el costo de negociación a Miraflores; en pocas palabras el mensaje es: “aquí nadie negocia sin nosotros”. De allí, el sentido de las declaraciones atronadoras de Cabello, porque recordemos que EEUU lo culpa directamente del atentado.

Ciertamente, el atentado hacia el presidente encargado es deplorable, pero no debe extrañar a nadie la capacidad que ha tenido el chavismo para superar su estatus de violador de los DDHH. Son incontables las acciones que el chavismo desde su llegada ha cometido en detrimento de la estabilidad republicana, a fin de cuentas, todo acto criminal realizado por Chávez y Maduro forman parte del gran atentado a la nación. Más allá de perder la capacidad de asombro, es menester ciudadano continuar el camino de lucha democrático sin desviar la atención. Los aspavientos y gritos del régimen, los políticos comprados y del sector financiado, no podemos convertirlos en una nueva crisis semanal a la que estamos acostumbrados en las redes sociales. Existe una ruta llamada: Protesta Nacional el 10 marzo .

Si dentro de este marasmo de país los ciudadanos no dejan de lado las polémicas artificiales, el país estará perdido para siempre; así como lo lee. Ninguna nación del mundo democrático puede extender per secula seculorum, sus esfuerzos y apoyos a una sociedad que vive pendiente de un desliz ajeno y una crítica en engatillada, en vez de estar luchando de forma unida con la AN para recuperar al país. Ese desinterés ciudadano también es un atentado hacia Venezuela. Es momento para preguntarse: ¿importa lo que digan Maduro y sus payasos de la mesita? ¿Alguien les hará caso o reconocerá? Todo lo que hace la dictadura después de la locura de Lara, es con el propósito de disfrazar el atentado.

Miguel Peña 
@miguepeg



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