Sálvese quien pueda








Mientras el encierro hace malas jugadas emocionales, dentro del chavismo las traiciones y las conversaciones a media luz se acentúan. Dentro del mundo rojo no logran ponerse de acuerdo. Los intereses individuales y las desconfianzas colectivas no permiten la toma de decisiones definitivas y rápidas. Algunos apuestan a que la mejor opción es alargar los tiempos, volverse fastidiosos y jugar con la paciencia de la comunidad internacional, parece no importarles recibir más sanciones. Otro grupo, el mayoritario, comienza a entender que no hay tiempo para juegos, sobre todo, cuando la presidencia encargada y los países aliados están decididos a poner fin -de inmediato- al cese de la usurpación.

Si continúa la disputa a lo interno del chavismo, seguramente no se irá a ningún lado; en teoría. Ante esta situación que muestra un quiebre en el régimen interesa, por tanto, andar con pies de plomo, valorar cada escenario y esperar el movimiento de nuestro mayor aliado en esta lucha: EE.UU. Aunque a muchos les de urticaria, la verdad es que la administración Trump, se ha tomado muy enserio el problema venezolano. Análisis de todo tipo ruedan en medios, entrevista y redes sociales. “Pompeo quiso decir esto, Abrams se paró de lado, lo que significa…”; en fin. Se pretende hacer un mapa cartográfico de los planes y movimientos de Washington. En esta última etapa de dictadura, no es oportuno dar por sentado cualquier cosa que se dice.  

El fuego cruzado de análisis e interpretaciones demuestra una cosa: que la estrategia psicológica del policía bueno y el policía malo va encaminada a distraer a muchos.  Públicamente no se dice ni la cuarta parte de lo que en realidad ocurre. El plan para la transición, presentado por la Casa Blanca, se establecen una serie de consideraciones políticas, sociales y diplomáticas enmarcadas en un escenario de negociación ideal. Nadie puede discutir que la táctica va enfocada en conseguir la salida de Maduro y sus adláteres a través de negociaciones, a fin de cuentas, las transiciones de dictadura hacia la democracia, deben establecer un tipo de acuerdo político que permita solventar las crisis.

No se percibe, pero la negociación ha iniciado. La entrada al país de la ayuda humanitaria otorgada por EE.UU. viene a confirmar que, como dijo un gran amigo, alguien comienza a bajarse los pantalones. Esto no es física cuántica, así que los análisis puristas y cargados de tecnicismo verbales no cambiarán la estrategia que  ha sido acordada entre el presidente Guaidó, la comunidad internacional y la Casa Blanca. Las tendencias a mostrar hipótesis de acuerdo a las percepciones personales, lo único que provocan es confusión y distorsión de los acontecimientos. Si usted quiere tener un panorama amplio debe leer, investigar y asimilar, aunque no le guste, toda la información ofrecida por los involucrados directos en el tema Venezuela.

En el sálvese quien pueda que vivimos, es necesario tratar de hacer un alto en cada declaración y acontecimiento que surge. Como ahora el tótem que ilumina los análisis políticos es Eliot Abrams, es oportuno entender algo básico: Abrams habló de negociación, pero de igual forma, abordó otros temas importantes relacionados con el regreso de nuestra democracia. Lo cierto es que EE.UU. para poder hablar de negociación, debe tener una carta que le permita negociar en ventaja frente al régimen. Maduro está al tanto de cuál es esa carta que ya se destapó sobre la mesa. ¿Habrá negociación? Sin duda alguna. Las negociaciones políticas de este tipo comienzan a tomar cuerpo, cuando una de las partes sabe que es prácticamente imposible revertir una derrota política y, no digamos, militar.

No es difícil presagiar que en Miraflores están en modo sálvense quien pueda. Las claves para establecer cómo y cuándo se darán las negociaciones, se hacen más publicas día tras día. Solo es cuestión de quitar el sobrante oratorio y daremos con la información precisa. Atormentarse en interpretaciones que son vagas y dirigidas a medir en cálculo preciso cualquier frase, no es aconsejable. Invasión, negociación, partida de ajedrez, sea cual sea la solución existe una cosa que debemos tener clara: Ninguna estrategia se implementará de forma separada, algo en lo que coinciden los voceros de la administración Trump, el presidente Guaidó y los países aliados. Las transiciones a la democracia no son fáciles, sin embargo, cuando inicia ese proceso lo único que se escucha en el fondo es: ¡sálvese quien pueda!

Miguel Peña G.
@miguepeg

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