"Yo me niego a rendirme", carta a un secuestrado

 


Estimado Diputado,

 en momentos donde la nación venezolana sucumbe ante el yunque de la injusticia, la violencia y la destrucción de los valores democráticos, se hacía imperioso rescatar -ante la crisis que nos azota- algún ejemplo de estoicidad, convicción y amor a la patria que me hiciera repotenciar -el desgastado y maltrecho espíritu de lucha- para no rendirme jamás, como bien reza su consigna.

He internalizado y hecho propio, el sacrificio que usted en carne viva ha emprendido por el país. Por ello, he decidido escribirle estos pequeños párrafos, con la intención de hacerle saber que entiendo como ciudadano, el fin ulterior de su mensaje. En estos últimos días, cuando su padre, familiares, amigos, compañeros de partido y diputados, pasaron unas amargas y largas horas recordando los dos años de su secuestro político, comprendí que el compromiso de todo venezolano actualmente va más allá de una simple queja o caminar dos cuadras en una marcha opositora.

Después de leer todos los días cada mensaje que su padre cuelga en las redes, informando como se encuentra su estado de ánimo y salud dentro de la oscuridad de las mazmorras donde la dictadura lo ha confinado para doblegarlo, vislumbro la alborada de la libertad y la llegada de una Venezuela mejor; en pocas palabras, recobro el deseo de seguir esta lucha desigual pero ciudadana y democrática.

Claramente, no alcanzo a dimensionar el tortuoso martirio que vive junto a su familia desde hace dos años. No obstante, de lo que sí puedo darle fe, es que su coraje, firmeza y principios inquebrantables han nutrido y renovado de manera certera, el amor de todos los ciudadanos por la democracia, la libertad y el país. Seguro estoy de que, las palabras dichas por usted en su último discurso en el hemiciclo de sesiones de la AN en el 2018, truenan en todos los rincones de la patria: “…Yo me niego a rendirme, yo me niego a arrodillarme, frente a quienes hoy pretenden quebrarnos la moral” …

Durante estos años de oscurantismo al que hemos sido sometidos los venezolanos, paradójicamente, existen varias cosas dignas de rescatar. Sin embargo, las más relevantes, desde mi humilde punto de vista; es el grado de conciencia que los venezolanos hemos tomado sobre cuál es el futuro que deseamos construir y, claro, en cuales manos queremos que Venezuela enrumbe su camino. Imagino que, dentro de sus alforjas, reposan muchas misivas, mensajes y videos de agradecimientos. William Arthur Ward dijo: “Sentir gratitud y no expresarla, es como envolver un regalo y no darlo”. Por esa razón, he querido en nombre de mi familia, agradecerle todo el sacrificio que hace por la república, pues, estimado diputado, aunque se encuentre rodeado de esas cuatro paredes de la celda que le encierran, su mensaje se escucha más que el ruido abyecto de la bayoneta.

Más allá de la gran amistad y respeto que me une a su padre, no somos amigos, ni siquiera conocidos. Sin embargo, Ojalá pueda en el futuro prometedor que se avecina, expresarle personalmente mi infinito agradecimiento y el respeto que usted, sin dudas, se ha ganado y merece. Pero mientras eso sucede, me tranquiliza saber que, a través de estas líneas, pude reconocerle su compromiso con Venezuela. Solo me resta escribirle ¡Yo también me niego a rendirme!

Miguel Peña

@miguepeg


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