Debajo de la Alfombra Roja

 

El régimen celebraba campante la batalla de los cuadros en Bolivia, mientras la CPI sigue la investigación de crímenes de DDHH, ahora en su fase tres. Las prioridades que parecen tener dentro de Miraflores contrastan con el mundo bizarro que nos han querido vender y que, por desgracia, vivimos desde hace 22 años. Es decir, ni el absurdo mundo paralelo soporta tanta chapuza, irresponsabilidad, criminalidad y autoritarismo juntos. Resulta indescifrable el nivel de desprecio rojo hacia los venezolanos, visto que en cada acción ejecutada procuran destruir sin piedad la moral y los valores ciudadanos. Lo peor de todo, es que todavía hay gente incauta que permite ser empujada al abismo social.

Ya no se puede ocultar que la situación del madurismo es delicada; política y socialmente. Los anuncios insensatos en las alocuciones dejan un camino abierto a los análisis donde el miedo y la improvisación, son argumentos que deambulan en el discurso vaciado de contenido. El tema del bodrio electoral los tiene con incertidumbre, no solo por el nulo apoyo mundial que ello representa, sino porque el simulacro montado hace semanas, arrojó números de abstención inimaginables. Entonces, además de ilegales, hacer un show electoral donde nada más asistan las mesas y máquinas de votación rayaría en lo ridículo; bueno, una raya más para un tigre que parece cebra.

Debajo de la alfombra roja se esconde la basura. Demasiados hechos ocurren que no podemos percibir, quizás más contundentes de lo que creemos. Hundidos en los análisis Jeffersonianos de las elecciones de EE.UU, los insultos a los poemas de López y la lucha por sobrevivir en un país dolarizado, nubla las percepciones pertinentes de la realidad cruda que vive el régimen. Por ejemplo, si el segundo simulacro electoral tiene igual o peores números que al anterior, existe la posibilidad de que se retrase el bodrio electoral, con el argumento de que hay un rebrote de COVID-19. El régimen también vive su descalabro existencial. No deben extrañar los grandes esfuerzos psicópatas por desprestigiar -desde la homosexualidad- a Roland Carreño.

Pretenden esconder su inmundicia a expensas de la crisis social y política que, al paso de los días, se agudiza. La conjura amenazante: “habrá gasolina solo para 20 días”, se cumple como vaticinio de un Rasputín devaluado que adivina por la inercia de su destrucción. El control social, es la escoba con la que barren cualquier debilidad roja que sale a relucir. Los mensajes fatuos de la entrega de pasaportes a domicilio, los bonos de la patria -que al final son limosna-, el allanamiento de medios digitales y la suspensión de vuelos hasta febrero, persiguen el objetivo criminal de doblegar la moral ciudadana. En pocas palabras, estamos presos a merced de unos desquiciados; y nadie puede salir del país.

Sin dinero ni petróleo, las alfombras rojas se recogen sin preguntar. Mientras salivan con el triunfo de Biden, el régimen recibe otra estocada que no deja cicatrizar la herida. La Unión Europea, extiende sus sanciones al madurismo hasta el 14 de noviembre de 2021, hecho importante que asoma la postura política de los países europeos, ante el inminente fraude electoral y constitucional del 6D. De la mano con lo internacional, la estrategia de la AN y la presidencia encargada esta en marcha. La consulta popular se convierte día tras días, en la primera acción que dinamita las pretensiones de Maduro. No es una consulta más, es la posibilidad de que el ciudadano le exprese al mundo cual es el destino que desea para el país, además de solicitar ayuda para lograr de forma definitiva ese objetivo.

En la situación actual es bueno tener pies sobre tierra. Por ello, es menester aclarar dos puntos: Primero; las designaciones de menor rango dentro del gobierno interino, no representan ninguna voz autorizada de la AN o del presidente (E), por lo que cualquier propuesta que salgan en declaraciones y entrevistas son una visión a título personal. Segundo; sabemos que la transición debe contar con alguna representación del chavismo -potable-, pero debemos entender que, por ningún concepto, habrá transitoriedad con personajes vinculados a crímenes de todo tipo. El régimen pretende caminar sobre alfombras para no salpicar su inmundicia; algo difícil de cumplir, demasiados escombros escondidos debajo de ellas.

Miguel Peña G,

@miguepeg