La voz callada del ciudadano

 

La incógnita puede develarse antes del 5 de enero, cuando se dé el último zarpazo institucional al país. ¿Habrá gente en las calles en modo de protesta? En cualquier caso, el régimen se prepara para un posible escenario de convulsión social y advierte que, puede imponer, otro número matemático “mágico” a los que suele acudir cuando sus propias cuentas no le dan. Inventa dentro de su control social, otra medida de cuarentena con la nueva multiplicación 14X14 y 30X0, motivado por dos cosas: La venganza contra sus bases (sociales y militares) que no le brindaron apoyo en el bodrio electoral del 6D; y la necesidad de poder instalar -sin contratiempos- a los usurpadores de la AN.

Si bien, el madurismo cuenta con las armas y un aparato represivo descomunal, hace rato que los cálculos sociales y políticos no le salen. Toda trampa que concibe obtiene una derrota aplastante que lo aleja un centímetro más de Miraflores. A pesar de que en ocasiones esos triunfos de la democracia se hacen invisibles a la opinión pública, están allí y causan el efecto esperado. La pandemia le resultó a Maduro una estrategia gratis para subyugar el rechazo brutal de la gente, situación que, sin dudas, cambió desde le 5 de diciembre. El ciudadano se volcó a participar en la consulta popular de manera contundente, con la convicción de poder expresar que no se arrodillará ante el dictador.

Dentro de la mente malsana roja cualquier cosa es posible. Mientras la pandemia va en ascenso en una segunda ola mundial, el régimen se propone callar la voz ciudadana como sea. El COVID-19 no se puede sacar de la ecuación política nacional, lo que hace presumir que los actos masivos que los “gobernadores” chavistas hacen en cada región, persiguen un objetivo muy oscuro que de apoco se decanta en cada advertencia de cuarentena radical. La ola de descontentos se dispara sin temor, por lo que en Miraflores solo se les ocurre montar la cresta a punta de perniles en mal estado. Nada parece detener el cinismo y el desprecio social hacia los venezolanos.

Bajo la luz de los paralelismos acostumbrados, se atraviesa la consulta popular. Este acto masivo de participación se transformó en la expresión más directa de la voz ciudadana. Nadie podrá decir que asistió obligado. Impresiona la madures que la población ha adquirido con el paso de estos años de horror. El país debe sentirse revindicado en todo sentido, visto que cada respuesta positiva a las tres preguntas, solo confirman y definen nuestro carácter democrático. Los resultados finales de la consulta popular se configuran en una solicitud directa no solo a la lenta comunidad internacional, también, es una exigencia a los militares que, probablemente, se encuentran en su sala de operaciones cartografiando la situación.

La voz callada del ciudadano lacera sin contemplación al usurpador. Esa voz que han querido dejar a un lado con amenazas, chantajes y represión, triunfa cada vez que el país y su democracia la necesitan. El último grito ciudadano comienza a posicionarse políticamente en la esfera internacional. Gobiernos y organismos multilaterales marcan su posición finita respecto a la AN, ergo, la presidencia interina. Si hilamos muy fino, podemos asumir que la decisión de la fiscal de la CPI igualmente entra en el efecto dómino de la consulta popular. Crímenes de Lesa Humanidad se dice fácil, pero conlleva una sentencia previa a la que no podrán escapar. Todo esto demuestra, en definitiva, la contundencia y la fuerza de la voz ciudadana.

Miguel Peña

@miguepeg


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