Motivos para creer
La última reunión del presidente Guaidó con el Secretario de Estado de EEUU, Antony Bliken, deja buenas noticias para los venezolanos. Ese encuentro no solo marca la hoja de ruta hacia el retorno definitivo a la democracia, sino que le deja claro al régimen, enchufados, empresarios acomodaticios, periodistas asustados, médicos entregados, intelectuales digitales y “opositores” rojos, que el mundo occidental tiene decidido quien dirigirá la transición. Ciertamente, falta algún camino que recorrer, pero ya se observan cambios sustanciales en las acciones de la comunidad internacional contra de Maduro y su cofradía siniestra.
El primer encuentro con la administración Biden no es el todo, más bien, forma parte del trabajo internacional que se ejecuta desde hace varios años. La coalición internacional que siempre nos ha dado muestra de ser un elefante blanco, se convirtió de la noche a la mañana en un bólido que frena nada más para aplicar sanciones. Presión multilateral, es una palabra que nadie puede desechar u obviar. Desde ahora usted como ciudadano tendrá la tarea sencilla de asimilarla, adaptarla a su vocabulario y asumirla, a fin de que no les agarre de sorpresa la transición. Luego de muchos años de fracasos y trapisondas políticas, la recta no presenta ninguna curva pronunciada.
Pensar sin temores que la transición se produce, no es ser un optimista a ultranza que va destinado al fracaso. Todo lo contrario, la transición se gesta de manera suave e imperceptible. El régimen ahogado por las sanciones y los señalamientos de crímenes contra la humanidad, lo lleva a buscar acomodo rápidamente con el propósito de subsistir en una sociedad postchavista. Que usted no vea lo que ocurre, no quiere decir que no pase. El terremoto que la coalición de poder tiene bajos sus pies y puertas a dentro, se trata de simular con el bombardeado de datos mágicos que datanalisis y su vocero, riegan en cuanta red social y bot encuentran.
La lírica del “diálogo” de ciertos analistas y voceros de los partidos usurpados, viene cargada de muchas tildes y pocos argumentos creíbles. La Misión es dividir a la oposición democrática, endulzarle el trago amargo al que financia y, claro, enterrar el ánimo ciudadano. Lo que no parecen entender, es que en estas instancias no podrán detener la salida constitucional y política que se prepara. Además, la rabia y el hartazgo de la sociedad venezolana, se encuentra en un punto de convicción inquebrantable; ejemplo fue lo ocurrido en Maiquetía hace pocos días atrás. Las fotos de alacranes e inculpar a las esposas del liderazgo opositor de corrupción, son síntomas de derrota que penetra como anestesia.
Vemos motivos para creer y seguir de frente. Haga una simple regla de tres. Si en su último “programa de tv” Cabello se muestra desesperado, gritando e inventa cuentos de una foto en una iglesia y luego, los laboratorios del régimen retoman un fulano video de Lilian Tintori grabado en 2015 para ejecutar matrices, el resultado es simple: es porque algunos están fuera de la jugada negociadora que se encamina al cese de la usurpación y las elecciones libres. Por supuesto que existen motivos para creer, cuando la comunidad internacional endurece su postura frente al dictador. Deportaciones, negación de visas en otros países, persecución a los delitos financieros, observación in situ de la tragedia venezolana en la frontera con Colombia, son signos inconfundibles de una coalición internacional que pondrá todo su peso en favor de una salida negociada. Si hay motivos para creer.
Miguel
Peña
@miguepeg
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