Ante la ruina, seducción

 

El régimen nunca defrauda o engaña. Desde la perspectiva maliciosa, esto es un hecho mortalmente cierto. Con el monstruo de la pandemia riéndose en el patio de Miraflores, la única respuesta que le queda a los “genios” rojos es atrincherarse como lo hizo Hitler en su bunker, rodeado de mentiras y medias verdades. Las negociaciones avanzan para lograr una transición medianamente ordena y, según las informaciones, los puntos se van clarificando entorno a la decisión de poder resolver esto cuanto antes. Por supuesto, se observan algunas acciones que dicen todo lo contrario, pero las percepciones no dictan la agenda en este momento.

Existen suficientes miedos internos dentro de la coalición de poder, sobre todo en aquellos marcados con delitos de lesa humanidad, para no pensar que el chavismo se ha partido en varias facciones. Unas más radicales que otras y, asimismo, algunas más preocupadas por salir ilesas de acusaciones o sanciones. En todo caso, cada una representa un interés o intereses que los empuja a medir cualquier plan con una sola premisa: El tiempo se termina. Es así, el tiempo de espera llegó al punto final en el que no les dará oportunidad de salirse de la trampa que significa ser un dictador de la más baja ralea. En medio del aquelarre se encuentra el venezolano. Desvalido y sin esperanza de percibir el más mínimo gesto de cordura por parte del régimen, a fin de cuentas, ya los números destructivos les importa un rábano. 

Ante la ruina, solo queda la seducción con promesas de futuro que se quedan en el pasado. Por ejemplo, a finales del 2020, prometieron vacunar a 10 millones de venezolanos en tres meses; vamos en el mes de abril y todavía no se sabe a ciencia cierta cuantos enfermos y fallecidos por covid tenemos en el país. Claro, mucho menos cuantos vacunados. La seducción a través de la mentira y el cinismo avanzan sin pudor. Vemos los estertores de este modelo corrupto con ojos en sangrentados, gracias a la maldad que reflejan cada una de sus declaraciones y acciones. La procesión chavista va por dentro, de eso debemos estar claros.

El maquillaje de las cifras de la grave crisis y de la emergencia sanitaria presente, desvelan su rostro para tratar de tapar un nuevo capítulo de dolor dentro la sociedad venezolana. Lo ocurrido en Apure dista mucho de concluir. Demasiadas hipótesis juntas alrededor de un hecho fronterizo tan grave y que, de nuevo, deja en evidencia la degradación a la que han llevado a las otrora FAN. El delicado sobrevuelo del espacio aéreo colombiano con aviones K-8 de fabricación china-pakistaní, forman parte de las acciones de la facción militar desbocada. Este juego peligroso puede tener una respuesta muy desafortunada para unas FANB cargadas de chatarra, y falta de apresto militar.

A todas luces el síndrome Galtieri, ronda en las descabelladas “mentes estratégicas” del madurismo que, como el dictador militar argentino, busca mover la mata social con anuncios de patriotismo que permitan alargar su estancia en el poder y tapar todos sus desmanes. Lo que no parece medir Miraflores, es que los tiempos y las circunstancias son diametralmente distintas. Desde lo social, la gente no seguirá a Maduro en una aventura militar a la que se le indilgue algún nombre bolivariano. En lo político, obtendrá el repudió del mundo occidental y democrático. En cuanto a lo militar, bueno, las desventajas son abrumadoras. Con este panorama, una vez más, la chapuza se muere antes de nacer.

Ante la ruina, la seducción es prometer vacunas que no llegan. Ante la ruina, la seducción es mostrar “guerras” ficticias que solo son parte de peleas entre pandillas. Una persuasión que se deshace bajo la lobreguez que muestra el neolenguaje rojo que espeta: "no están detenidos sino resguardados". La seducción con dólares y control de negocios (delivery y bombonas oxígeno) no causa ningún efecto, cuando un "poeta" y supuesto defensor de los DDHH, castiga a una periodista porque no le gusta el cuento satírico que le retrata. Intentan cautivar con anuncios de cambios de petróleo por vacunas, y en realidad lo único con lo que podrán negociar es con los años de cárcel. Que va, la seducción chavista ya no tiene efecto, sino defectos.

Miguel Peña

@miguepeg


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