Engatillados
No pinta, pero si la negociación va por buen camino, ¿qué pasa? La comunidad internacional sabe que el principal argumento para cambiar el liderazgo opositor, por encima seguramente de muchos otros, es tener un sustituto claro, creíble y con apoyo social. Es largo el camino recorrido para tener que dar un salto al vacío con políticos que, por razones diversas, han venido de fracaso en fracaso cuando les ha llegado la hora de enfrentar a la coalición de poder enquistada en Miraflores. No alcanza con ganar en extremis una gobernación o cualquier alcaldía, esas minucias electorales no son el requisito que permita un cambio de sistema y, mucho menos, encausar la transición. Hacen falta otras características necesarias que los oportunistas no reúnen.
Informaciones falsas, análisis a medias y alianzas agrías, conforman los estertores de un fin ciclo en la política nacional. La marea de la ambición arrastra a “dirigentes opositores” a una deriva difícil de evitar. Las zancadillas a través de medios y laboratorios digitales, persiguen posicionarlos como opción reconocida a la hora de sentarse a negociar con la dictadura. No les basta mostrar los mismos moretones electorales, también mantienen dentro de su portafolio de “dirigentes”, estrategias que funcionaron hace 25 años y que, por supuesto, no tienen cabida en un mundo interconectado. La necesidad imperiosa de ser una moda eterna, se ve tragada por la realidad de un país que se convirtió en centennials.
Los engatillados en el escenario político venezolano, se quedan solos escuchando voces engoladas. Llegar a ese nivel de transgresión de la democracia, causa un rechazo inusitado en los ciudadanos que, sin rebuscar explicaciones profundas, se dan cuenta de lo único que mueve a la oposición de la oposición: el interés personal; ni el interés partidista les preocupa. El país enfrenta demasiadas adversidades, para tener que lidiar con egos intestinales de los conformistas a cargos de elección popular. Ciertamente, la vía pacífica de nuestro lado es y será siempre el voto, pero no significa entregar nuestro derecho sin ninguna garantía constitucional por salir de manera rápida de la crisis destructora.
Los “personalistas” no desperdician rendija alguna, con el propósito de elaborar sus campañas terroríficas. Primero, fue la renuncia de Iván Simonovis la que provocó la andanada de epítetos y “teorías Roswell” en contra de la presidencia encargada. Cada quien se adjudicó la verdad del hecho, cuando la realidad es que muy pocos saben el motivo de dicha decisión. Los dibujos libres en política se pagan. “Renuncia porque se dio cuenta de la complicidad de Guaidó con el régimen”, fue una de tantas especulaciones armadas que, por supuesto, no duro ni 24 horas, luego de que el mismo ex-comisario, apoyara las acciones de Plan de Salvación Nacional. Otra vez, los 280 caracteres atragantaron a más de uno.
Los
disparadores de oficio quedan engatillados por enésima vez, cuando se cobijan
con las informaciones balurdas del pasquín de bar de Panampost. Luego de que la Casa Blanca en todas sus
instancias ratificará el apoyo al presidente Guaidó, el famoso ultimátum que,
según el pasquín digital, Biden le habría dado a Guaidó, no llegó ni a mensaje
de texto. Manipulación de videos, frases
y entrevistas viejas, no son suficiente argumento que sirva a la destrucción
del poder legítimo que representa la AN del 2015. Los engatillados seguirán
quemando pólvora de cohetón, porque más nada saben hacer. Escandalizar con sus estruendosas
parafernalias, no esconde lo que en el fondo siguen siendo: bates quebrados.
Miguel
Peña
@miguepeg
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