Hablar sin saber

Los valores democráticos venezolanos han cruzado linderos de la lógica y flotan en un limbo extraño, rodeados de suposiciones políticas y enredos sociales a la hora de hablar de nuestra historia republicana. El matiz turbio con el que algunos dirigentes buscan posicionar charadas que ellos llaman “propuestas electorales”, dejan al descubierto la decadencia exacerbada que tiene en el presente la tan odiada y señalada carrera política nacional. Pegar frases rocambolescas, citar hechos históricos a medias, imitar posturas y tonos de voz de otros políticos, conjugan una mezcla de ingredientes que dan como resultado, un mamarracho peor que el monstruo Milton.

La extrema enfermedad por conseguir cargos públicos que se exhibe, alarga el tiempo en la reconstrucción de la democracia, ergo del estado de derecho. No importa el principio democrático que resulte pisoteado, la motivación principal es ganarse cualquier título que anteceda al nombre. Buscar ser gobernador o alcalde en Venezuela, es como jugarse la vida para lograr un título nobiliario que brinde poder, tierras, negocios, conexiones y, claro, el acostumbrado jala mecate que nunca debe faltar, pues sin ellos, como sabe el funcionario de turno que tiene poder. El botín dependerá de la región que usen para postularse.

 Prestos en la salida, ciertos personajes encienden una carrera a todo pulmón para ver quién es más “elocuente”, popular y simpático, cuando en realidad compiten por demostrar quién es el idiota del día. Los partidos políticos no encuentran solución alguna, que permita erradicar esa especie de mal “congénito” presente en dirigentes que hablan sin saber nada de los temas que abordan. Costuras que salen a relucir en cada caramelito electoral que lanzan desde Miraflores y en cualquier declaración pública que emiten. Basta de seguir esquivando la toma de decisiones, el que deba ser expulsado por no reunir las capacidades, pues deberá quedar fuera; no hay más números en la ecuación.

Hablar sin saber no solo es un mal adjudicable a los políticos, también se notó en los empresarios hace varios días. Mientras el sr Cusanno, presidente saliente de Fedecámaras, montó su show con el régimen hablando de diálogo, apertura económica y otras sandeces más ilusorias, Miraflores amenaza con neutralizar a los empresarios “culpables" del alza del dólar. Lo peor de todo, es que los empresarios olvidaron quien es el causante de la desgracia económica del país y la destrucción del aparato productivo. Cusanno habla sin saber, visto que decir que las sanciones han empobrecido al país, refleja síntomas de desconocimiento de donde vive y con quien trata.

Los días pasan y todo apunta a que México será el punto de inflexión final. El régimen ha dado largas a la negociación con miras de reagrupar su apoyo social, político y militar. ¡Lealtad, lealtad lealtad! Es la consigna en vallas publicitarias y en discursos dentro de los muros resquebrajados de la coalición de poder. En política repetir frases millones de veces no fortalece la narrativa, más bien, exacerba el deseo de libertad y cambio. El desespero campante ha hecho lo impensable: Maduro y Cabello se muestran en el canal 8 como grandes aliados. En realidad es que esa puesta en escena, es la única plataforma que les queda para comunicarse con los escasos sectores sociales, enchufados y radicales que le quedan. Hablar sin saber también se nota en los gestos y acciones.

Miguel Peña

@miguepeg


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