Teoría de los Impopulares

 



Ningún mentor o profesor de ciencias políticas, alcanza a comentarle a sus estudiantes en alguna clase: “Hoy les voy a enseñar como esquivar dictaduras, insultos, señalamientos”. En las aulas no se enseña como evitar ser apresados por autócratas. Cada dirigente puede experimentar en su vida pública altos y bajos que, presumiblemente, pueden ser valorados con anticipación al momento de iniciar una carrera en la política. Nadie se prepara mental y físicamente para soportar los embates de un régimen como el chavista, ni los militares han podido sortear la ponzoña de una horda criminal que no mide sobre quien debe pasar con tal de quedarse en el poder.

La política normal se vio trastocada desde el mismo instante que se pidió freír las cabezas de los adecos. No solo esta falaz sentencia patotera destruyó la vida republicana del país, la celebración social, empresarial, mediática y periodística a tamaña injuria devenida en promesa electoral, fue la semilla sembrada para que hoy observemos impávidos las más atroces manifestaciones de odio, resentimiento y frases sin sentido, que se espetan en contra de los diputados de la AN 2015 y el presidente encardo. Las risas que sobresalen en las redes sociales cuando el régimen secuestra a un dirigente, nada más pueden ser catalogadas de despreciables.

Gente que habla sin tener el más mínimo conocimiento del significado de palabras como otredad, empatía y solidaridad, dejan ver en cada comentario una espuma grisácea de resentimiento que solo decora sus rostros tapados con seudónimos o fotografías disfrazadas, que sirven para cubrir lo que realmente son. La base fundamental de la teoría de los impopulares, es inventar conspiraciones y desprestigios arteros con el propósito de superponer argumentos desteñidos de verdad, y débiles de criterio lógico. Es triste, parece que nos hemos transformado en los orcos que tanto criticamos.

Esta semana la teoría de los impopulares se cobra otra víctima. Leopoldo López vuelve a pisar en falso con su puesta en escena. Increpar y señalar de manera pública a Capriles no es del todo acertado, visto que el dirigente de Voluntad Popular no tiene pólvora social para quemar. Lamentablemente, López más que posicionarse se autodescarta como liderazgo futuro cuando regrese la democracia. Extraño, estuvo preso por varios años y no aprendió lo más básico de la política: saber medir los Tiempos. Otro que no ha entendido de que va esto. Así como se llamó al botón a Iván Simonovis, habrá que hacer lo mismo con “Leopoldito”.

Del lado chavista, la teoría de los impopulares causa estragos. Peleas a muerte por controlar negocios y parcelas electorales que servirán, sin dudas, para seguir abonando el terreno de los bodegones, concesiones a dedo y algunas cosas más turbias. Dentro del régimen existe un pandemónium en todas sus estructuras políticas y claro, en sus exiguas bases de apoyo social. La situación reciente en Cuba, ha enervado el grado de nerviosismo en Miraflores, quizás, darse cuenta  de que el aparato de espionaje cubano -mismo que se usa en Venezuela- no funciona. Por supuesto, otro mito que se cae al igual que la “famosa” medicina cubana. El desprecio y el descontento pasa de la teoría al único hecho irrefutable: el fin se acerca y arrasará a más de uno. La impopularidad no se quita con jabón o simples insultos por video, de eso deben estar seguros Capriles, López, los alacranes y por supuesto, el régimen.

 

Miguel Peña

@miguepeg


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