Error en el mensaje
Los sinsentidos políticos de un sector opositor que, en los últimos días, observamos con asombro, representan las consecuencias de haber hecho una unidad política a los golpes y empujada por las circunstancias del momento. Parece que es imposible corregir el rumbo de la unidad que fue amarrada de un hilo que no soportó el más mínimo soplido chavista. No hubo precisión, rigurosidad y depuración en los partidos políticos, a la hora de fijar quienes serían voceros o representantes de la unidad. Sin mencionar, la errática selección del coordinador de la MUD. Caprichos, vendettas y negocios fueron la tronera que permitió al régimen lograr su cometido.
Luego de dos décadas es posible concluir sin ningún tipo de equivocación, que la infalibilidad del régimen se sustentó bajo tres pilares: manipulación electoral, retórica mediática y, claro, control de la oposición. Del mismo modo que el chavismo engañó a los ciudadanos, lo hizo con los partidos políticos. Los desarticulo desde adentro, como un cáncer que se riega sin escrúpulos. Infiltró posiciones importantes y, en ocasiones, su mano negra alcanzó a destacados dirigentes con cierto poder de decisión. Es imposible seguir engañándose en este tema tan escabroso. Todo está a simple vista y sin tapadera alguna.
Los frentes partidistas representados en sus dos variantes: Coordinadora Democrática y la MUD, fueron minados e infiltrados desde que inició la idea de unidad. El miedo y la premura de derrotar al monstruo de mil cabezas, no dejó margen para que los dirigentes opositores más avezados, tuvieran la suficiente entereza de cerrar la puerta a todos los sátrapas rojos disfrazados de azul. Por supuesto, la artera estrategia chavista era ambiciosa; los partidos no eran el único objetivo. Periodistas, medios de comunicación, estudiantes, empresarios y hasta curas, conformaban el entramado de infiltración institucional, con el propósito de alcázar el control y la genuflexión sociopolítica total.
Ciertamente, ante este paredón político e institucional al que fue llevado el país, siempre hubo resistencia. Los aprendizajes obtenidos de la democracia real y asertiva que vivimos durante cuatro décadas, se transformaron en un escudo que, a pesar de recibir feroces embates del régimen chavista, no ha permitido que la república muera. Es más, ese escudo está a punto de lograr su victoria final, sin importar cuantos troyanos deambulen en su entorno. La negociación en México dará réditos democráticos, aunque el régimen patee la mesa.
Que el discurso rojo haya sido comprado por algunos analistas destacados del país, genera desde el principio, un error en la percepción de los escenarios. Señalar a toda hora que la oposición está dividida, resulta la forma sencilla de culpar a alguien de que el régimen siga en Miraflores. No es cierto que la unidad democrática representada por la AN2015 y la presidencia encargada se encuentre fracturada. Incluir como factor determinante en la oposición a los alacranes de turno y a la fracción de PJ que hace dibujo libre con Capriles, trastoca el verdadero análisis de la situación política opositora.
"Tenemos
una mesa de diálogo en México, una en Venezuela y otra mesa secreta"; la exclamación
viva de quien el nerviosismo lo invade. Los miedos internos hacen estragos.
Tratar de dividir ya no surte efecto como antes. Hay que se optimistas en todo
sentido, si bien, esto no será tarea fácil, transitamos la ruta correcta que
nos llevará a la reconquista de la democracia. De los siguientes encuentros en
México, tendrán que salir acciones reales y contundentes, por ejemplo, aplazar
el show electoral de noviembre. Esa sería una de las mayores muestras que el régimen
puede ofrecer como punto inicial para realizar elección elecciones libres. Existe un error
en el mensaje y es importante corregirlo a tiempo.
Miguel Peña
@miguepeg
Comentarios
Publicar un comentario