Percepción y Decepción
La cultura de la zancadilla se ha impuesto en el mundo de la política nacional. Los dirigentes inexpertos y con experiencia, se han dejado amarrar por aquellas infames ataduras que Hugo Chávez enarboló desde su irrupción en la vida pública. “Ser rico es malo”, “la culpa es de los adecos”, los partidos y la oposición son una plasta”, en fin, epítetos de un guapetón de barrio que invadió la psiquis hasta del político más avezado. Esta debilidad conceptual nos demuestra que las cuatro décadas de democracia tuvo una debilidad muy grave: no pudo fortalecer los criterios y convicciones en los liderazgos de ese entonces y, mucho menos, de los que se preparaban para tomar el testigo.
No es materia vista. La verdadera política venezolana, esa que se aprendía en la práctica en el seno de los partidos, y en lo teórico en las facultades de derecho de las Universidades, se ha desmontado por sí misma a la espera de retomar la línea de tiempo donde fue alterada. Congelada en cámara criogénica, espera a ver quién o quiénes tienen la suficiente fortaleza de despertarla de ese largo sueño en el que esta desde 1992. No es que la política sea mala, como algunos se encargan de repetir como letanía de autoflagelación, sino que nadie ha estado a la altura de las circunstancias de gravedad que vive la república, gracias al chavismo y su destrucción.
Las viejas prácticas llevan a tomar decisiones apresuradas, un ejemplo de ello, lo ocurrido con la candidatura unitaria en Caracas. Nos burlamos del chavismo cuando destrozó su pantomima de primarias, pero no vemos hacia nuestro lado, donde la unidad democrática hizo lo mismo, claro, en otros contextos de necesidad. La idea no es atacar la candidatura de Guanipa que ya es el abanderado, lo que es criticable es el proceso para montar su carrera electoral. Es más, una candidatura que está sujeta a la falta de condiciones y todo el etcétera negativo que tiene el “cne” dentro de sus maletas.
Para adobar la desazón y el desconcertó ciudadano, se presenta Ecarrri en el programa tv chavista camuflado, para despotricar de la unidad democrática sin mencionar en la hora de programa, las desgracias que vive la capital por la nefasta gestión chavista. Parecen novatos, imberbes políticos que no se dan cuenta de que va esto de recuperar la institucionalidad. Hay que limpiarles la baba y la lloradera existencial por tener el capricho de un cargo público. No entienden que de nada sirve ser alcalde o gobernador en un país donde la dictadura impone su ley. No hay suficiente percepción de unidad, lo que importa es cuidar los intereses particulares.
Mientras se teje la red que conseguirá destronar el estado fallido del régimen, la comunidad internacional desfila en la asamblea general de la ONU con trajes de acusadores, y muestra cifras sustentadas de la barbarie por la que pasan los venezolanos. La cofradía del mal que secuestra al país, ha tenido una semana terrible. No tiene credibilidad, son considerados como la banda criminal más grande de la historia y, por si fuera poco, están en el blanco de la diana que asusta a todo dictador: violaciones de derechos humanos. Ningún gobierno decente, se quedó corto con las acusaciones en contra del régimen venezolano.
La
decepción del régimen, a pesar de su propaganda y sus mentiras, es que países neutrales
que nunca se inmiscuyen en nada, han lazado su voz en materia de violación de
DDHH en Venezuela y, además, de la situación de secuestro que vive el poder
judicial. Ciertamente, las declaraciones de Suiza sorprenden, sobre todo por su
papal como refugio de capitales robados de nuestro erario público. Sin embargo, lo
dicho por la primera ministra del Reino de Noruega, han dejado descolocado a
propios y extraños. La declaración de Noruega resulta ser importante desde dos ópticas
esenciales. La primera, por ser país mediador en las negociaciones, conoce muy
bien la tragedia y quien la ocasiono. Lo segundo, tienen claro, en cómo
debe terminar el proceso de negociación: transición ordenada. No existen medias tintas, al régimen
le toca negociar le guste o no.
Miguel Peña
@miguepeg

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