Khan, el sol tras la injusticia
El oprobioso régimen chavista daba por hecho que, al manipular con su narrativa desgastada la visita del fiscal de la Corte Penal Internacional, los venezolanos seguirían autoflagelándose con el supuesto poder de Maduro y su banda; nada más lejos de la verdad. La confusión sin fundamentos que generó en los ciudadanos la llegada de Karim Khan le dio cabida a un remolino de especulaciones y análisis disparatados, que nunca atinaban las verdaderas motivaciones de la visita -In loco- de la justicia internacional a nuestro país. Antes de cualquier conclusión acelerada, es menester entender que la visita del fiscal obedeció a preceptos institucionales y a los protocolos judiciales de la misma CPI.
Este simple dato, permite que cualquiera que no tenga experticia del derecho internacional tenga claro cuál es el papel de la corte y su fiscalía. En Miraflores, por supuesto, vendieron la idea de que el control de la visita era de ellos. Litros de pinturas, uniformes nuevos y sentencias extemporáneas, no sirven de nada. La dictadura celebró de manera anticipada, pensando que la “seducción” propagandística cubierta de halagos hacia al Sr. Karim Khan, dibujaría otro panorama distinto al que ya conocía desde hace rato el fiscal. En pocas palabras, el vulgar relato chavista que presenta a Maduro como defensor de la ley, del estado de derecho y que no existen en Venezuela violaciones de DDHH, no funcionó.
Muchas frases a destacar del discurso de Karim
Khan, unas más lapidaria que otras. Sin embargo, en ese abanico de expresiones
contundentes del fiscal, la que resume lo que inicia a partir de ahora en
contra del régimen es: "Esta Corte es la Corte de ustedes y según la
Constitución de Venezuela, esta Corte forma parte de la Constitución…" Este
párrafo sepulta toda declaración de los cobardes que apuntará a decir: "a mí
me mandaron ", "cumplía órdenes". Claro, nadie puede dejarse dominar
por la alegría de ver luz en el túnel, es decir, hay que ser conscientes de que
la minuciosidad con la que opera la justicia internacional, ofrece lentitud debida
a los procesos de investigaciones; ergo, a la aplicación de justicia.
En contraste al tema judicial, si miramos
un poco más profundo, observaremos que en lo político el centro de gravedad empezará
a moverse de manera acelerada. Discurrir que dentro del régimen a esta hora no
ocurre nada, es creer el cuento de que Chávez vive. Desde la semana pasada se
mueve todo. Al régimen solo lo sostiene el miedo. Por un lado, los militares y
funcionarios de organismos de seguridad, saben que en una autocracia dominada
por civiles -como lo que ocurre aquí- ninguna garantía debe darse por sentada.
A la hora de buscar chivos expiatorios, los uniformados, sin importar el rango,
serán la carne de cañón que los jerarcas del poder tienen como plan B, para
librar sus responsabilidades ante la justicia.
¿Cuántos se dejarán sacrificar? ¿Cuántos
iniciaran las negociaciones? Preguntas que serán dilucidadas tan pronto la comisión
de la CPI comience las investigaciones en el país. En paralelo del mundo verde
oliva y derivados, aparecen las “coaliciones civiles”. El dique que abre la justicia
internacional, puede provocar que, dentro de la colación de poder, se genere
una transición roja rápida e indolora. Es decir, aquellos que no serán
salpicados por los delitos de lesa humanidad, están sentando bases que permitan establecer sin madurismo de por medio, una negociación real con el GI y la
AN2015, a fin de formar un gobierno de transición antes de celebrar
presidenciales.
Karim Khan, el sol tras la injusticia, eso
sin dudas. La firma del memorándum de entendimiento ha dado la herida mortal al
oprobio de 20 años. El desangre será constante y no habrá sutura que cierre
semejante herida. Con la cadena de mando en la picota, cuando inicien los
interrogatorios a cada uno de los implicados en crímenes, solo habrá un factor común
denominador de las violaciones de DDHH constantes y sistemáticas: “fue orden de
Miraflores”, “fue orden presidencial”. Por tanto, más temprano que tarde, la
justicia teje la ruta final para saber quién es el único responsable de los desmanes
más atroces que la historia republicana de Venezuela haya vivido.
Miguel Peña
@miguepeg
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