Erres Separadas
Los intereses individuales de ciertos dirigentes y los resultados de la trampa electoral en Barinas, se transforman en armas letales destinadas a propinarle al ciudadano una nueva masacre institucional. Si, suena chocante la palabra masacre, pero no existe otro calificativo que se adecue a la acción ramplona de promover un revocatorio. El financiamiento rojo, las vendettas entre lideres, los resentidos que buscan hacerse de un espacio a como de lugar y los dioses del olimpo analítico, pretenden esconder los verdaderos escenarios de la situación nacional bajo su particular distopía política.
Las costuras del RR se ven sueltas a simple vista. De antemano, es predecible saber quién será el único beneficiado de esa “gran ideota” que terminará de enviar al país a la más estrepitosa destrucción democrática y extinguir lo que queda de república. El RR fue pensado por un megalómano que no quería tener rival a la hora de dejar el poder. Sencillamente, es letra constitucional capciosa que conduce a un laberinto institucional y al mismo tiempo, permite afianzar a la coalición de poder venezolana. Nadie puede llamarse a engaños, el revocatorio no será nunca un derecho ciudadano, fue concebido con alevosía como una salida in extremis al momento de que los apoyos populares mermaran.
Alcanza con recordar cuál era la frase de Chávez cuando se veía en desventaja electoral o política: “allí tienen el revocatorio, la oposición puede activarlo”. En 2022, debemos entender que la promoción del referéndum sale de especímenes engendrados en las mismas filas rojas. Es decir, se encuentran políticamente alienados por esa ideología barata, sin asidero moral y ético, que llevó a Venezuela el desastre que es hoy día. Por supuesto, la transición de poder en Venezuela debe y tiene que incluir a ciertas alas del chavismo, pero de allí a dejarlos seguir con su chapuza gerencial y estratégica, sería la estupidez más grande que la unidad democrática puede implementar.
De
entrada, el revocatorio llega a la escena muerto por varias razones.
Claro, la más resaltante, es que no existe conceso en las fuerzas democráticas,
detalle que lo convierte de inmediato en una estrategia negativa, pues divide a
la unidad política. Lo ocurrido con el RR de 2016 tuvo que dejar algunas lecciones.
Más allá de lo inviable o no, el referéndum es una carrera de obstáculos y
trampas bien montadas por el régimen. La triquiñuela es hacer pensar que se
revocará a Maduro y, más bien, sería aprobar un sistema fracasado, porque en definitiva,
salir de la cabeza visible no cambia el problema estructural. Quizás es lo que
buscan los otros dos sectores de la coalición de poder, salir de Nicolás.
El “cne” rojo engatilla la trampa. Monta una recolección de firmas express, con el propósito de acelerar el plan de legitimar al usurpador. La narrativa preparada: “No pudieron activar el RR, porque el pueblo apoya al presidente”. Las cuentas no cuadran en el PSUV y mientras el madurismo debate solapado quien será el relevo, el sector radical mueve fichas dentro de la estructura del partido y posiciona cuadros de mando en las regiones. Huelen un desenlace en el que la CPI tendrá mucho que ver. Las dos RR habrá que separarlas, visto que referéndum ni revocatorio se juntarán esta vez. Nada más queda poner la lupa a la declaración de James Story: “Negocien porque esta oportunidad no estará disponible para siempre”.
@miguepeg
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