Mentira Ciclópea

 

La negación subyacente de varios dirigentes políticos, contrasta con la repetida saña que destila el madurismo hacia los venezolanos. Produce nauseas el triste e indigno papel que representan los autonombrados “alianza democrática”, quienes sin verguenza alguna, votan por el encarcelamiento del presidente interino. Esa vil acción que vulnera al único poder legítimo del país, debe dejar establecido en la opinión pública que ninguna persona que milite en la AN chavista, representa a la oposición o forma parte de alguna alianza opositora; simplemente, son agentes chavistas de la más baja ralea.

Si algo hemos aprendido durante las décadas de chavismo, es que jamás se pueden menospreciar sus amenazas. Ciertamente, la charlatanería de guapetón de barrio los caracteriza, no obstante, es imperativo entender que en Miraflores se contempla como la solucion a sus problemas de ilegitimidad, apartar de manera definitiva a Juan Guaidó. Alacranes políticos, elecciones fraudulentas, constituyente, una AN paralela, campañas mediáticas, en fin; todo tipo de trampas institucionales que no han logrado despojar del manto constitucional y legal al parlamento electo en el 2015 y el reconocimiento al GI. Ahora más que nunca, Guaidó debe cuidarse, visto que el régimen echará el resto.

La destrucción chavo-madurista no es solo institucional, también ha sido blanco de su fétida acción, la ética, los valores morales y sociales del país. Chávez montó una realidad paralela, a fin de solapar de un plumazo los cuarenta años de democracia. Miles de obras y planes anunciados que terminaron en enormes promesas, porque lo importante, fue ponderar que el chavismo construía más que los gobiernos anteriores. Así se urdió la mentira original sobre el sistema de salud, el tendido eléctrico nacional, las telecomunicaciones, la educación, etc. Visto el fracaso del paralelismo democrático de su progenitor, ahora el madurísimo, busca imponer realidades virtuales apoyadas en una dolarización velada, bodegones, Ferraris, lemas y actores de burdel que repiten: “en Venezuela no hay crisis”.

La mentira ciclópea forma parte de la ideología del régimen. Es un “Riff” narrativo que no ha cambiado desde que Chávez tomó el poder. No es necesario recordar los eternos planes de recuperación económica y social, para entender que nunca gerenciarán de manera efectiva y decente. El método quedó establecido desde el principio: destrucción del aparato productivo, sometimiento del salario privado y público de los trabajadores, y desprecio por el conocimiento, forman parte del fundamento de control social venezolano. Rara vez una sociedad soporta tanta humillación, más en estos tiempos. Las predicciones de estallidos social en Venezuela, son casi como una medición de actividad volcánica. 

La mentira ciclópea pierde su efecto y el holograma rojo se desvanece del imaginario popular. Lo que deja ver la caída del orden ficticio, es una aterradora realidad donde una alcaldesa muestra a vox populi su affaire con supuestos alijos de droga. Estas “minucias” definen al chavismo en toda su extensión. Mientras las notarias anclan su cuotas de negocio de manera legal, la negociación en México se activa sin necesidad de visa. A pesar de la negativa del régimen, el aviso “sutil” que semanas atrás profirio el embajador James Story, caló dentro del ala negociadora de Miraflores. Maduro no negociará con ventaja o por disposición, solo es empujado porque la mentira no da para más.


Miguel Peña
@miguepeg

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