Gestión de pareceres
Sincronía total entre el régimen y las agencias de noticas internacionales que, por enésima vez, anteponen el corazón subjetivo ante la verdad de los hechos. Es simple la ecuación, Reuters y EFE abren el boquete de inseguridades ciudadanas, cuando publican que EE.UU. quitará sanciones a personeros del madurismo (Malpica Flores) y permitirá que Chevron inicie negocios petroleros en Venezuela. Inmediatamente, los hermanos Rodríguez hacen gala del cinismo característico sobre los temas en cuestión. Saben muy bien, que el venezolano no tiene la suficiente madurez para entender que el escenario real es que al régimen lo tienen prensado y no al contrario.
Resulta agotador seguir en las explicaderas de fondo. Todos se conforman con dejarse ahogar, con la espuma del agua sucia que brota de distintas cloacas comunicacionales internas y externas, donde por supuesto, el único "vencedor" siempre es Maduro. Es obvio, negociar implica ceder. Le guste o no a la gente, el GI y la AN2015 deben incluir en las maletas de sus representantes en México, argumentos de poder que le permitan negociar. Ciertamente, las sanciones son impuestas por derecho legal de cada país, ergo, son los gobiernos quienes deciden si quitan o no las medidas. Sin embargo, el apoyo de los países aliados le permite al presidente encargado y a la plataforma unitaria, tener las sanciones como soporte negociador.
Al régimen chavista la única ideología que lo mueve es el dinero. Entonces, es allí donde hay que atacarlo, visto que es su punto débil más notorio. Es el primer paso para entender toda la estrategia puesta en marcha desde hace 2 años. No hace falta analizar el tipo de sanciones, sino saber a quienes se les ha impuesto; este es el punto clave. Luego, es necesario comprender el significado -en toda su dimensión- de la palabra negociación política. Si alguien no tiene bien definido dicho concepto, le toca hacer una de dos cosas: indagar bien sobre procesos de negociaciones, o dejar de opinar sobre algo que no conoce en profundidad. Es sencillo, no es delito no manejar con amplitud un tema.
Aunque presentan una complejidad enorme, es elemental comprender que las negociaciones políticas son procesos donde un sector cede en algo que a la contraparte le interesa tener; simple. Es necesario que cada ciudadano internalice esta premisa, porque puede pasar los próximos meses enfermo de frustración social. Desde este punto, toca establecer que el régimen tiene bajo la manga como carta negociadora: el poder de fuego y los presos políticos. El lado democrático, cuenta primero que todo, con la legalidad de la CRBV, el apoyo de la comunidad internacional y, por supuesto, las sanciones. Ese es el escenario de “batalla”, otra cosa fuera de eso es mentira o especulación.
A simple vista, pareciera que el GI negocia en desventaja. Armas y presos, frente apoyo internacional y sanciones económicas, muestran diferencias disuasivas muy evidentes. Sin embargo, al reconocer cual es el punto débil del régimen chavista, observamos que las sanciones causan una herida más mortal que una bala punto 50. En este momento crucial, toca gestionar los pareceres ciudadanos en relación al proceso que se reanuda en México. ¿Queremos elecciones libres? Hay que negociar y dar garantías al dictador. ¿Queremos que liberen a presos? Se debe negociar con el secuestrador. Simple matemática.
El
régimen tiene claro el margen de maniobra que tiene en la negociación y, sin
subestimarlo, es indudable que llegó a su techo. En Miraflores entienden que ya
no puede exigir más de lo que concede. A pesar de que Maduro se levantó de la
mesa, a fin de ejercer presión en la liberación de Alex Saab y quitar la investigación
de la CPI, la comunidad internacional y el GI no se dejaron chantajear; el madurismo
no tuvo éxito. Estos dos escenarios siguen su curso sin tropiezos y demoras. La
justicia tocará la puerta del entramado corrupto, no en los tiempos
convencionales, pero llegará. Las apariencias engañan, así que a gestionar la
impulsividad analítica de lo que se lee y escucha.
Miguel Peña
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