Representado

 



El retrato social de lo que es Latinoamérica se ha vivido en los últimos días en Colombia. Así somos y así seremos. Y cuidado con seguir indilgando la culpa de nuestros errores como sociedad a los conquistadores. No vale la pena ahondar en una situación que no es de nuestra incumbencia de manera directa, más allá de la evidente problemática fronteriza y la relación que existe entre Petro y el socialismo del SXXI. Los venezolanos debemos seguir enfocados en lo que nos compete, visto que las grandes dificultades que tenemos en casa son mayúsculas y complejas. La verdad, es que ahora la situación puertas adentro, se torna más oscura que nunca.

El viaje ha sido largo desde 1998. No se aprendió nada en estos años de oprobio chavista. Políticos, ciudadanos, empresarios y un largo etcétera, no evolucionaron su forma de pensar y de encarar el problema que significa el chavo-madurismo. Los errores que no se repiten, adquieren nuevas formas de trasgresión social que limitan cualquier camino hacia la transición política y, por supuesto, a la salida definitiva de la dictadura. No hay restricciones para opinar o criticar, si fuera el caso. Sin embargo, escribir desde una tarima de maderas carcomidas por la polilla del resentimiento, muestra de manera inequívoca de que Chávez “ganó”; para nuestra desgracia.

El triunfo del destructor es más grave de lo que se cuenta. No pasa por lo económico y político, la mayor ruina causada por el militar golpista fue lo que hizo de la ciudadanía hoy día. Somos fantasmas errantes en una sociedad que no consiguen calmar las penas. Demostramos cada dos por tres, que estamos dedicados a autodestruirnos para seguir con la letanía de víctimas y, claro, seguir culpando a otros de lo que individualmente correspondía hacer a cada uno de nosotros. Destilar el odio hacia la esposa del presidente interino, es el triste resultado de una infame prueba de paternidad que revela que muchos son hijos putativos del régimen que desgració la vida del país.

“A mí no me representa la esposa de ningún político”, es lo que se lee desde las entrañas oscuras de un teatro analítico mal amoblado. Frases soltadas con ánimos de desprestigiar públicamente la visita de la primera dama -sí, primera dama- al1600 Pennsylvania avenue. Es irracional ver como el odio y la ignorancia se juntan al mismo tiempo en dicha conjura. En principio, parece ser una pataleta más, pero la verdad que está entrelineas deja ver que hay similitudes discursivas con sectores de la mesita y los alacranes que, desde hace tiempo, trabajan para defenestrar al GI y a la AN2015. Todo apunta a que esa aparente "molestia" tenía un propósito bien definido.

El desapego institucional es ladino con esos personajes con evidente vulnerabilidad de criterios democráticos. Es sencillo, venezolano que no se sienta representado por el único poder legítimo del país (AN2015 y GI) tiene dos opciones: La primera, que suelte las amarras y comience a trabajar fuera de los 280 caracteres de Twitter y las obras de teatro mentales, y busque la forma de salir de la dictadura. La segunda, seguir en su burbuja y esperar que los demás hagamos el trabajo. No es de extrañar que los hipócritas que esconden su basura bajo la más mugrienta alfombra, son los que intentan dar lecciones de moral política a los demás.

Miguel Peña G.
@miguepeg

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