Cambio de Ciclo

 

No es un secreto que los cambios de ciclos que, además de ser buenos, son necesarios. Venezuela es el ejemplo fehaciente de que, si los cambios son mal gestionados, resultan en grandes desastres difíciles de remediar en el tiempo. Lo importante para una sociedad como la nuestra, es poder sacar aprendizaje de lo bueno y lo malo de estos momentos cíclicos de índole social, política y económica que han marcado la vida republicana del país. Nada está dicho, siempre estamos expuestos a que la vida social cambie, más aún, cuando existen mediocres que hacen dibujo libre en la gestión pública.

Definitivamente el chavismo significó el peor de los cambios. No fue un cambio de ciclo, más bien, el movimiento golpista y resentido de Chávez, resultó ser un retroceso más profundo que un simple voto castigo contra AD y COPEI. Un salto a lo desconocido e impredecible, a pesar de que al militar golpista se le veían las costuras autocráticas desde su famoso “por ahora”. La complejidad de la situación actual, es la consecuencia del impulso social que recibió una propuesta de gobierno cargada de odio, corrupción y de amoralidad. Las décadas futuras nadarán en grises, tratando de darle explicación a tamaña locura colectiva.

El chavismo se encargó de inocular el conformismo en los venezolanos a tal punto, que algunos prefieren seguir bajo la égida de un régimen hambreador, que darle al país la oportunidad de un nuevo aire político y democrático. Los chulos y malvivientes del populismo rojo, prefieren dadivas a tener que trabajar para darse una mejor calidad de vida; todo con tal de no trabajar y pagar servicios. Del lado del ciudadano laboralmente activo, se prefiere acusar sin argumentos y pruebas de ningún tipo al gobierno interino, como el causante de cada desgracia nacional. Un desconocimiento total de quienes creen que la política se hace con hilo y aguja.

Es urgente cambiar todo en el país, hasta nuestra forma de pensar. Aunque suene a cliché, necesariamente es hora de que los venezolanos comencemos a sentir y analizar las cosas con otro ojo. Seguir en el eterno revanchismo y odio visceral sin sentido, no solo permitirá que el régimen siga dos décadas más, sino que será nuestra destrucción definitiva. Que la dictadura no haya caído por que tiene las armas, es cierto. Sin embargo, los ciudadanos tienen gran parte de la culpa porque han permitido, por un lado, que el chavismo se mueva a sus anchas y, por el otro, porque la gente cree a ciegas todo lo que el aparato comunicacional rojo pública.

Los ataques de ira y la verborrea descontrolada vienen de cada frente. Iván Simonovis es el vivo ejemplo de lo que significa estar inoculado por el chavismo. Su proceder dentro del GI fue errático, razón por al que tuvo que salir de su cargo. El presidente encargado tiene muchos problemas para tener que lidiar con los arrebatos de un gatillo alegre que piensa en el todo o nada. Es la actitud de muchos venezolanos que, escondidos en burlas, memes e insultos, pretenden salir de esta atroz dictadura; nada más lejos de la verdad. Es inentendible tanto desdén por el único poder legitimo del país.

Está en manos del venezolano el cambio de ciclo. Eso de salir a marchar para pedir aumento de sueldo no es malo, pero el fin ulterior de la lucha es rescatar la democracia y que cese la dictadura. Es equivocada la concepción de reclamar solo los derechos de un sector. Se habla mucho de la división política opositora dentro de la unidad democrática, sin mencionar el parcelismo y la fragmentación social que existe entre empresarios, sindicatos y ciudadanos. Aquí nadie es puro y virginal, es momento de asumir el rol que el presente nos impone. ¿Quiere cambios? Asúmalo y promuévalos como ciudadano. Eso de pedir dólares al estilo Tomás Guanipa, más que un error de criterio, es una soberana estupidez.


Miguel Peña
@miguepeg

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