Negociación, la última frontera
No cabe duda que la visita de Gustavo Petro a Miraflores, trajo para el régimen más alboroto de lo que pensaba. Acostumbrados a los fetiches mediáticos rimbombantes el tan esperado encuentro entre pares izquierdosos, pasó de ser una reunión de asuntos binacionales a una cita de mediación clara y directa. Por supuesto, más allá de la mera conjetura analítica los hechos que ocurren de manera acelerada, confirman lo que desde Miraflores quieren tapar cada vez que pueden y quieren; negociación. La negociación tiene vida propia, es decir, no depende de caprichos de oposición y, muchos menos, del chavismo. Llegó la hora en que se terminó el tiempo de gracia.
Se debe repetir hasta el cansancio que nada en política es casualidad. El golpe que supone el comunicado del fiscal de la CPI, Karim Khan, donde solicita reiniciar su investigación en los crímenes de lesa humanidad cometidos en Venezuela, es el telón de fondo que abre para mostrar el comienzo de la nueva etapa de la negociación en México. Más tardar la otra semana, régimen y oposición se verán las caras nuevamente, claro, bajo otras circunstancias y distintos escenarios. Sin dudas, la situación que se presenta en esta nueva ronda negociadora, dejará muchos sin sabores al régimen y a todos los acólitos financiados que dicen ser de oposición.
Los ciudadanos sometidos al yugo de la mentira y la manipulación roja, sienten que este capítulo de las negociaciones será más de lo mismo; el régimen dando largas a las exigencias del mundo democrático. Quien pude culpar a la gente de tener incredulidad, si parece que el chavismo hace lo que quiere sin ninguna consecuencia. Más allá de eso, es significativo analizar con pie de plomo y sin desesperos. Se debe entender que la negociación entra en una etapa más compleja, no sólo por lo que representa el chavismo como dictadura, sino por los peligros que genera para el mundo occidental las alianzas con los rusos, chinos e iraníes.
El debate estéril en torno a las primarias, sumado al fusilamiento público que dirigentes opositores y ciudadanos hacen del interinato, son los que hace ganar tiempo al régimen. En Miraflores saben de sobra que la negociación terminará con una elección presidencial. Desde hace semanas, preparan el terreno en lo político, social y jurídico. Cierre de emisoras, anuncios de adelantos de elecciones, etc., surgen de manera destemplada con el propósito de posicionarse de primero en la línea de salida. Como siempre el cálculo sale chucuto, porque no esperaban que la CPI acelerara el paso.
Miguel Peña
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