Procrastinación Democrática

 


El régimen acostumbró a la sociedad venezolana a que los problemas de la gente no son urgentes. “Con hambre y sin empleo con (Chávez y Maduro) me resteo”, aforismo acuñado como uno de los primeros pasos comunicacionales para el control social. El error de los demócratas, fue pensar que solo eran frases hechas o arengas de tarima, cuando en realidad dicho eslogan formó parte de una estrategia muy bien pensada dentro del entramado de mentiras rojas. En el tema sociopolítico, el chavismo no dejó nada al azar ni a la improvisación, por el contrario, siempre ha sido cristalino de cual es su plan mayor: gobernar hasta el infinito y más allá.

La postergación que el chavismo hizo y hace de las urgencias colectivas del país, tienen una complejidad difícil de descifrar, razón por la que, en muchas ocasiones, la oposición no ha dado con la tecla política que permita defenestrar de raíz ese mal destructivo. El objetivo es atender mediante dadivas individuales y tácticas populistas las necesidades básicas. La política social del chavismo fue y es, una moneda al aire sustentada en verbos en futuro y palabras en gerundio que nunca terminan. La gente ingenua o conformista que se abraza a papá Estado, vive en la eterna esperanza de que algún día la lotería roja le llegará. Sucedió con la misión vivienda, Venezuela móvil, el pernil navideño, etc.

Al agotarse el portafolio de promesas sociales, los herederos de Chávez dirigen la estrategia hacia el terreno político y económico, con el objetivo de seguir con la procrastinación democrática. Financian a empresarios, políticos de poca monta, crean una nueva casta de ricos (enchufados), chantajean a rectores universitarios, en fin; se apoderan lentamente de la poca libertad democrática que existe en el país. La república -o lo que queda de ella- se mantiene a flote por el arraigado sentido patriótico que muestra la sociedad en su conjunto. Muchos han caído en el juego perverso de la manipulación y ahora viven padeciendo el más nefasto síndrome de Estocolmo.

Del régimen chavo-madurista se puede esperar cualquier cosa. Sin embargo, sorprende que después de dos décadas de oprobio, exista alguien que colabore de manera intencional o por descuido estúpido, con la procrastinación de la libertad que pretenden desde la coalición de poder. Esta semana, por ejemplo, la Comisión Nacional de Primarias opositoras y el embajador James Story, quedanron retradados ante la opinión pública. La CNP se reúne con Brito dándole un espacio que no merece y permite que, Miraflores conozca de antemano, todos los intríngulis de las primarias; hay que ser y parecer. Por otro lado, Story prefiere hablar de DDHH y violencia de género con una actriz bajo sospecha de viri del enchufe, en vez de entrevistar a Susana Raffalli. EEUU y sus ambigüedades

La procrastinación democrática sigue a pasos de vencedores. El país esta a merced de ciertos grupos empresariales de dudosa procedencia y de políticos de maletín, que pretenden disfrutar sus mieles a expensas de la desgracia social y de las ruinas institucionales. No importan cuantas veces salga Datanalisis a proclamar que “Venezuela se recupera” y a mostrar estadísticas sacadas de la caja de cereal chavista. La verdadera encuesta, los sondeos creíbles del sentimiento nacional, se palpan en las calles o en un estadio; algo que se vivió en el juego La Guaira-Magallanes. La procrastinación llega a su fin con la mesa de negociación. El régimen no muestra todo lo que padece políticamente, pero con cada puesta en escena absuerda y amoral, deja en evidencia su inmensa debilidad.

 Miguel Peña


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