Pisotear la Unidad
Es imposible no sentir repulsión por quienes, junto al régimen, defenestraron a la única institución que, a pesar de los amarres dictatoriales, había conseguido darle freno a la destrucción continuada de la república. Es más, no es del todo equivocado a firmar que el interinato logró lo impensado, hacer retroceder al chavismo, al punto de que lo tuvo en jaque y a pocas movidas del mate. Si de algo se le puede acusar a Juan Guaidó, es que no tuvo la suficiente malicia -en el buen sentido de la palabra- para detectar los planes de cada uno de los infiltrados. La bolsa putrefacta de intereses dentro del G3, cumplió la misión que no pudo Maduro.
Es un buen debate ¿El G3 pisoteo la unidad? ¿PJ, AD Y UNT han pisado a la democracia? Las respuestas a estas y otras interrogantes que surgen, indudablemente tendrán el mismo punto de partida afirmativo que daría por concluida cualquier discusión del tema. Nadie puede negar la participación y el acuerdo del G3 con el régimen. Nada más basta escuchar las declaraciones entorno a las sanciones que diera el “pensador” político Manuel Rosales, para tener claro cual fue el objetivo del plan desde el principio: ayudar a Miraflores; ahora el país deberá pagar un terrible precio.
En la misma línea distorsionada de la política que muestra Rosales, aparece uno de los “filosofos” de PJ celebrando que el creador del terrible centro de tortura llamado “La Tumba”, fuese liberado por el régimen y extraditado a España. Catalogar a Rodríguez Torres como preso político opositor, es una burla para las familias de casi 400 presos y torturados que el SEBIN mantiene en sus calabozos. Cierto, Rodríguez torres merece un juicio justo, donde pueda responder por todos los atropellos y crímenes que se le imputan, pero de allí a incluirlo en el mismo saco de sacrificados de la democracia es una vergüenza y, sitúa a Juan Pablo Guanipa, como un dirigente mediocre que no sabe dónde está parado.
Mientras la política opositora hace aguas desde lo conceptual y estratégico, las protestas crecen en todo el país. Por otro lado, la percusión del régimen en contra de dirigentes sindicales se hace visible y descarada, sin importar que se encuentra de visita en Venezuela, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk. Se llegó a un punto sin retorno del que solo se presentan dos salidas: resistencia, o dar por perdida la democracia. La barbarie avanza sin temor a equivocarse y la comparsa del G3 junto a los alacranes primigenios, se limitan a inaugurar salas de cine, prostíbulos y puestos de comida.
Pisotean la unidad y al estado de derecho, pero debemos
recodar que nuestra lucha como ciudadanos no es nada más por restituir la
democracia, sino para recobrar nuestros valores, nuestra forma de vida, nuestra
verdadera cultura, por nuestro gentilicio, cualquier dirigente del G3 que no
logre entender esta premisa, no merece ser considerado opositor. Los
venezolanos estamos deseosos de propuestas, pero propuestas serias, no de ideas
improvisadas que van cargadas de un populismo ramplón que provoca pena ajena. La
lista de candidatos a las primarias opositoras, muestran a ciertos dirigentes
que no dan pie con bola, sobre todo, al momento de exponer cuales serian sus
planes de gobierno. No es que pisotearon la unidad, la hacen añicos cada vez
que hablan.
Miguel Peña
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