Conformismo Infernal

 

Bajo la mirada impasible de los ciudadanos el régimen sigue su marcha aterradora. No son suficientes dos décadas de oprobio chavista para despertar, por el contrario, parece que cada venezolano espera ver que atrocidad puede superar la anterior. Nadie tiene visión periférica, solo se limitan a observar por mirillas borrosas que muestran un panorama oscuro del que se hace imposible escapar. La confusión provocada o autoinfligida marca la agenda de la opinión pública. Se ha vuelto un lugar común las predicciones políticas: “éste dirá o hará tal cosa”, una frase que define de manera inequívoca, la poca capacidad de respuesta de la gente de a pie. 

Es tal la ceguera ciudadana que se escribe en braille un presente y futuro que nada más se vive en cuentos de hadas. Las libertades no son limosnas, se exigen por encima de fracasos anteriores y del miedo natural a ser presas fáciles de una dictadura que no escatima esfuerzo para amedrentar. La razzia que se hace de los camaradas -antes íntimos amigos- que develó uno de los desfalcos más grandes de nuestra historia, era motivo suficiente para que el país se levantara desde su roídas cuatros esquinas. Una inercia adormecida por la necesidad, el alto costo de la vida y la dolarización velada, dejan indefensos y con mínimo margen de maniobra a todo aquel que adversa a la coalición de poder. 


Resulta sencillo culpar de la inmovillidad ciudadana a la inestable y poco confiable gestión politica de la oposicion. Ciertamente, los interminables errores de cierto liderazgo hacen que la gente se encuentre en estado de cansancio total. No obstante, esto no puede marcar la agenda de las exigencias sociales. Todo lo contrario, mientras más estupideces se comentan dentro del mundillo opositor, es cuando las convicciones de lograr la recuperación democrática deben crecer. No se puede reducir la lucha al simple aforismo: “ la oposición no sirve para nada”. En las primarias, usted tiene la gran oportunidad de cambiar de liderazgo, porque si a ver vamos, las fallas de la oposición son consecuencias directas de las malas desiciones políticas de los venezolanos. 

 

No es cuestión de quemar las naves, pero es necesario tener claro que las primarias son el principio y el fin. No habrá otra oportunidad para que usted, querido lector, aproveche ese proceso interno como el escenario propicio que le permitirá cambiar al liderazgo que nos representará. Es bueno señalar a todos los culpables de la debacle del Gobierno Interino, pero no vale de nada quejarse en las redes sociales cuando en la práctica, hay quines no quieren votar en las primarias. No participar activamente en la elección del candidato, es dejar que siga la desvergonzada convivencia entre el G3, los alacranaes y la dictadura. 


El conformismo infernal se adueña de todos. No solo se debe protestar por salarios dignos, a fin de cuentas, si el régimen paga más sueldos no solucionará el grave problema estructural que existe. La protesta tiene que centrarse única y exclusivamente, en salir de un sistema corrupto que destruyó a Venezuela. Alegrarse por las detenciones de algunos corruptos  testateferros y títeres no cambiará nada, solo forman parte de las luchas de poder dentro de la coalición civil y militar que rige en el país. Despertar del letargo social cuesta mucho, pero perder de forma definitiva la democracia tendrá un costo peor; lágrimas de sangre. 


Miguel Peña

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