Los Rumildos

 

 

Si la situación nacional no estuviera en estado de enfermedad crónica, causara hilaridad la chapuza provocada por el G3. Al día de hoy, todavía no ha salido algún dirigente de AD, PJ y UNT a dar explicaciones convincentes, sobre las verdaderas razones de finiquitar al gobierno interino. Por supuesto, la orfandad de aclaratorias responsables se debe a que los tres partidos están bajo la égida de líderes pocos serios que, además, no tienen ninguna empatía por la desgracia que vive el venezolano. No importa cuantos vídeos de redención hagan, la realidad es que la gente los comienza a medir de la misma forma que al régimen. La mentira y el descaro son inaceptables. 

Luego de cinco meses de la fatal decisión política de eliminar al GI, las consecuencias se comienzan a sentir de manera despiadada. Los venezolanos hemos sufrido demasiadas decepciones y no esatmos preparados para asimilar lo que viene, gracias a las acciones intestinales del G3. El refrán “tarde piaste pajarito” les queda corto, pues cada llorantina que hacen por las decisiones jurídicas relacionadas con nuestros activos en el extranjero son a destiempo y vergonzantes. Se transformaron en el hazmerreír del mundo democrático y, más aún, de nuestros aliados internacionales, que ven con asombro como parte de la oposición se da un tiro en el pie. 


A partir de una complicada sucesión de fallos, recursos y contrarrecursos, la justicia inglesa determinó que Guaidó era el representante legítimo del país, razón por la que el oro en Reino Unido, por ejemplo, estuviera protegido de las garras rojas. Esto permitió que la junta ad hoc del Banco Central de Venezuela (BCV) que JG nombró, podía dar instrucciones al Banco de Inglaterra en calidad de cliente. Todo se vino al traste en enero de este año con la locura política de quitarse de encima al GI. A pesar de las advertencias, este despropósito terminó de enterrar al país y, por si fuera poco, darle oxígeno de legitimidad a Maduro. 


Los Rumildos de la oposición han dejado una brecha complicada y difícil de superar. Tan chambona fue su estrategia, que no pensaron por un minuto que eliminar al GI era sepultar la mesa de negociación en México. Es una ecuación simple, sin interinato no existen medidas de presión que sirva para negociar, porque el régimen de Maduro se entenderá -tarde o temprano- directamente con los gobiernos que mantienen sanciones y control de los activos. La oposición pasa a segundo y tercer plano. Sin mesa negociadora, claro está, no será fácil encarar la exigencia de hacer elecciones libres, sin presos políticos y en condiciones; esto se convierte en una utopía. 


La desconexión total con el país se evidencia en la campaña a primarias que emprende PJ, AD y UNT. Mensajes por redes sociales con el eslogan ¿Ya sabes quién es el flaco?, la declaración filosófica de caja de jabón: “Maduro no es dictador”, entre otras perlas lanzadas por varios precandidatos opositores, buscan crear el relato de que el país tiene condiciones democráticas para realizar una elección normal. La dirigencia se muestra como ese personaje de los años 80 que no ahorraba gasolina y, además, era infractor de las leyes de tránsito. El G3 presenta una mala parodia que nos puede costar la última oportunidad de recuperar al país.  


Miguel Peña

@miguepeg

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