Estripitosa

 

El circo electoral terminó y las rayas del mapa siguen ahí. El régimen y todas sus facciones piensan que la realidad puede borrarse con sainetes, arengas y amenazas. Los resultados alterados del referéndum lo hacen ser más inservible y no vinculante que nunca. La soledad vista en los distintos centros de votación pinta un 2024 aterrador para los inquilinos del poder. Las mentiras numéricas propinadas desde el fatídico balcón de las tendencias irreversibles, no cuadran con ninguna fórmula matemática y estadística de este mundo. Datos bizarros se posicionan en la jerga mediática roja que, no aclaran nada, sino oscurecen más la veracidad del proceso. 

En principio, es necesario resaltar que la chapuza de dar resultados diferentes y hablar sin vergüenza alguna de 10 millones de votantes como si de comprar limones se tratara, persigue el propósito de enterrar definidamente la credibilidad del cne y de la salida electoral. Le conviene a Miraflores, despertar los fantasmas ciudadanos que deambulan cada vez que se acerca una elección. Lo interesante en esta oportunidad, es que esa estrategia parece no funcionar porque si juntamos los verdaderos datos del referéndum y las cifras de participación de las Primarias, será fácil concluir que la gente ya no se dejará engañar y, mucho menos, chantajear. 


Estrepitosa la jugada que le vendieron a Maduro de hacer una consulta sobre el Esequibo y, sin dudas, cayó en una trampa interna del PSUV en la que el objetivo ulterior es cambiar de candidato de cara a las presidenciales, uno que sea más competitivo y menos repudiado. Es así de sencillo, los que manejan los hilos en la coalición de poder (militares y negociadores), comenzaron a evaluar después de las Primarias la debacle que se viene. No es de gratis que un gobernador negocie en Shanghái recursos minerales venezolanos; casi una visita de estado. La otra posibilidad apunta a separar del poder a Maduro y asume la VP de manera formal las riendas. 


Lo ocurrido el pasado domingo es parte de las consecuencias de lo contundente que fue el proceso de Primarias. El referéndum se convierte en una lápida pesada y el único que la va a cargar de aquí a las presidenciales es Maduro. La estrepitosa derrota del domingo se puede resumir en tres puntos: quedan expuestos “opositores” colaboradores del régimen, se evidencia la merma considerable de la base política del chavismo y claro, se redujo la capacidad de maniobra de la coalición de poder en los Estados del país. Las estructuras políticas del PSUV hacen aguas. El desgaste del régimen y de Maduro como cabeza visible se notó con la soledad de los centros de votación.  


Estrepitosa derrota diez millones de veces. Miraflores quedó entrampado en sus propios datos. Si votaron 2.1 millones de personas, ¿Cómo es que en el simulacro votaron 3.5 millones? Si los todos centros estaban vacíos, ¿Cómo es posible que hayan votado 10 millones de personas? En fin, las matemáticas no mienten. No cabe dudas, el régimen perdió toda conexión con la realidad y se aferra a los principios de propaganda de Goebbels. La desorganización electoral del PSUV quedó fulminada el 3D, pues la convicción partidista –si eso alguna fue partido- quedó reemplazada por la corrupción y la burocracia. Dos derrotas en dos meses y las rayas siguen en el mapa. 

 

 Miguel Peña 

@miguepeg 

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